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Vaca Muerta: la geopolítica global y la defensa nacional

En el año 2011 se tomó una decisión relevante e imprudente para la política exterior y de defensa argentina. Se decidió dar lugar a la instalación de una antena espacial para controlar las actividades lunares de China en el territorio de Neuquén, sobre una zona considerada abundante en recursos energéticos. La decisión vincula al país a la dinámica de rivalidad existente entre EE.UU. y la potencia asiática hasta el año 2067.

Considerada dentro de las tecnologías de uso dual y siendo el programa espacial controlado por el Ejército Popular de Liberación, agrega un factor de tensión externo a nuestro país, ubicándonos en el medio de una dinámica de rivalidad entre una potencia en ascenso y el hegemón del hemisferio occidental.

Hagamos un pequeño salto al futuro. Nos encontramos en el año 2023, en Argentina la carrera presidencial está en pleno apogeo, aunque la misma sucede en simultáneo con una crisis en el llamado Mar de la China como consecuencia del incremento de las tensiones derivada de una nueva guerra comercial entre ambos grandes poderes resultando en un bloqueo naval por parte de la US Navy amenazando las líneas de comunicación naval de China.

Para esa época, Vaca Muerta aporta cerca del 3% del PBI del país, del cual 1.2% proviene de las exportaciones que se realizan a Asia mediante empresas norteamericanas y chinas.

Todo sucedió en una semana, comenzando con la destrucción y el derrame de crudo de uno de los oleductos del emprendimiento conjunto entre YPF y Chevron, con una contaminación de relevancia sobre el embalse Mari Menuco, haciendo peligrar uno de los mayores centros de abastecimiento de agua en la región.

Se supone que la acción esta relacionada a la famosa unidad de ciberguerra china 61398, pero todo es objeto de especulación porque la capacidad del país para atribuir el origen del ataque era limitada. Dos días después y como consecuencia de dicha acción, un avión de China Airlines se estrella al poco de salir del aeropuerto de Ezeiza falleciendo todos sus ocupantes quienes mayoritariamente eran argentinos. Todo apunta a la torre de control, pero no a su operador, sino a la interface de comunicación entre los instrumentos del avión y la torre. Desde varios sectores se acusa a los hackers del equipo especial de la NSA conocido como TAO.

En una semana dos agresiones derivadas de un conflicto en otras latitudes provocaron perdidas económicas y humanas a la Argentina, donde su soberanía se vio violentada por actores estatales. ¿Que nos proponía del Decreto 727 y la DPDN del 2014, para lidiar con las complejidades del mundo actual?, la respuesta es sencilla: nada.

Los defensores de dicho decreto se remiten a una noción perimida de soberanía, aquella que Stephen Krasner llama "hipocresía organizada". Su visión de la defensa es la pérdida de Vaca Muerta a manos de una operación aerotransportada de la división 101 del ejército norteamericano. Basta ver un conflicto como el que se libra entre Rusia y Ucrania, para comprender que lo descripto como futuro sucede en la actualidad.

El Decreto 683 y la nueva DPDN, no resuelve la situación más acuciante de la defensa nacional, que es la necesidad de tener un presupuesto efectivo para estructurar una fuerza militar compatible con los estándares tecnológicos y operacionales del siglo XXI. Pero hace algo importante, establece la misión en función de las complejidades internacionales existentes, sacándolas de la atrofia actual y actualizando la discusión.

Permite pensar el rol de Vaca Muerta, como geografía estratégica para el país donde ya se asienta una potencia rival del hegemón regional. Habilita a discutir la defensa necesaria para la Argentina del SXXI, sobre parámetros reales y medibles de eficacia en el cumplimiento de la misión principal. Para el ciudadano que paga sus impuestos tiene una implicancia aun mayor. Seguir gastando recursos públicos que se derivan de sus impuestos en una fuerza atrofiada producto de un entramado normativo pobre y obsoleto o apostar a un mejor uso de esos recursos y con un sistema de defensa sustentable.

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