Una semana financiera mejor a la esperada no puede confundir a Macri

La primera semana de las nuevas medidas financieras que impulsó el ministro Hernán Lacunza transitó con una calma mayor a la esperada. Lo peor no ocurrió. De hecho, si bien el retiro de dólares existió, también una parte importante de los ahorristas volvió a dejar el dinero en los bancos.

El viernes pasado había terminado con una preocupación importante. Los depósitos cayeron ese día u$s 1100 millones. El Gobierno tomó nota de ese día. Algo tenía que hacer para frenar una sangría que lo podía dejar al borde del abismo. En el mercado creen que las medidas fueron correctas, pero que se aplicaron tarde. El argumento principal es que desde las PASO se fueron del sistema cerca de u$s 14.000 millones.

Sin embargo, el lunes los números tampoco fueron alentadores porque de fueron de los bancos otros u$s 1000 millones. Lo bueno, teniendo en cuenta el panorama, es que a partir del martes los retiros fueron menores.

En el mercado, la teoría predominante, es que lo mejor del plan oficial es que no prohibió la salida de depósitos. Los ahorristas cuando fueron a los bancos lograron sacar sus dólares sin problemas. Esa situación calmó a los inversores y por eso, con el correr de los días, el horizonte negro se fue despejando.

El otro logro del Gobierno fue que el dólar, lejos de dispararse, se mantuvo a raya. Tanto fue así que la divisa estadounidense pasó de $ 61 en el arranque de la semana, a los $ 57 del cierre de ayer.

También el Merval rebotó 9% y el riesgo país retrodeció hasta 2204 puntos. Al mismo tiempo, en Wall Street, los ADRs treparon 14%.

Pero cuando todo estaba preparado para contar con una suerte de bendición internacional, el Gobierno recibió ayer otro golpe. La calificadora de riesgo Moody's disminuyó el perfil macro del sistema financiero argentino de "débil" a "muy débil" para indicar el debilitamiento del perfil crediticio del país y bajó las calificaciones de 24 entidades financieras.

Más allá de la calificación de Moody's y de las reacciones diversas de los mercados, el Gobierno sabe que camina por un camino cuesta arriba y que octubre todavía queda lejos.

La campaña para las elecciones ya empezó. Mientras Alberto Fernández es recibido en España por la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en la Argentina, Mauricio Macri recibe tibios aplausos en una reunión de empresarios.

"Estamos convencidos de que la elección no sucedió y estamos con toda la energía para ir al ballotage y continuar trabajando", dijo Macri.

No es que el Presidente esté negando la realidad. La sabe, pero no puede mostrar más debilidad de cara a un mercado que le exige y lo pone a prueba más que nunca. Por ahora, la tranquilidad de la primera semana después de las medidas económicas no pueden volver a confundir a un Gobierno que tiene la necesidad de entender que la situación financiera es vulnerable y que la responsabilidad política para que la situación no empeore no es solo de la oposición, sino también del oficialismo. En definitiva, Macri no puede ahora tener el mismo error de cálculo que tuvo cuando llegó a las PASO convencido de un resultado que luego no obtuvo.

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