Una operación de pinzas sobre los gobernadores construida antes del veredicto electoral

Los empresarios suelen ser escépticos sobre las habilidades del gobierno en materia de gestión. A menos que participen en alguna de las mesas sectoriales en las que el Ejecutivo se propuse objetivos específicos, y para las cuales diseñó políticas, normas y aplicó fondos (como pasa en la construcción, donde todo el Gobierno puso su energía para el rubro fuera uno de los que liderara la reactivación, hecho que finalmente sucedió), en general no perciben que las reuniones internas y la permanente deliberación entre áreas y distritos fertilice en medidas productivas.

Hasta que finalmente eso pasa. La prueba estará en los diarios de hoy, con la novedad de que tanto la provincia de Buenos Aires como la Ciudad pondrán en marcha una reforma tributaria con objetivos coordinados, y alineada además con el plan que difundirá este lunes el presidente Mauricio Macri.

Los funcionarios de María Eugenia Vidal ya habían dado alguna pista. Pero nadie se percató de que mientras un grupo estaba trabajando fuerte en la campaña electoral, otro mantenía líneas abiertas de discusión y negociación con sus pares del distrito porteño para que los proyectos de ley respectivos estuviesen listos después de las elecciones.

El trabajo fue reservado, y por eso una primera conclusión es que con el gobierno de Mauricio Macri no hay que adelantarse a sacar conclusiones. Menos ahora, que el resultado en las urnas les demostró que ni siquiera la certeza de que subirán las naftas, las tarifas y algunos impuestos, restó votos a los candidatos del oficialismo, sino todo lo contrario.

El próximo movimiento lo hará la Nación, que presentará en el CCK los lineamientos de sus reformas estructurales. En el caso de la tributaria, el anteproyecto ya lleva meses de revisión, y solo resta que el Presidente tome alguna decisión difícil, como avanzar o no con el impuesto a la renta financiera.

El objetivo de esta tarea conjunta es dar un mensaje político a los demás gobernadores, antes de que se sienten a la mesa de diálogo con el Presidente en Olivos. El Gobierno quiere dar una señal a la producción y a los inversores, bajando la presión impositiva a las empresas tanto a nivel nacional como provincial. Muchos todavía esperan ver para creer, como reseña la nota de tapa del suplemento 3D de hoy. Otros están entendiendo que los silencios oficiales no se deben necesariamente a falta de trabajo, sino a una estrategia.

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