Una mini luna de miel aguarda el desembarco de Todos en la Rosada

La crisis institucional en Bolivia terminó sacando un poco de foco a Alberto Fernández en los últimos días.

El electo jefe de Estado había previsto destinar íntegramente la semana para aceitar algunos detalles respecto al armado de su futuro equipo de colaboradores y apurar decisiones sobre los lineamientos que privilegiará su administración apenas se calce la banda y se haga del bastón de mando presidencial.

En cuanto al futuro gabinete cerca de Alberto siguen jugando al misterio y, más allá de algunos nombres que todos dan como firmes, circulan informalmente las más diversas y hasta insólitas versiones sobre la posible conformación. "Ninguno de los que se menciona va a ser, son nombres para desgastar", insisten los todistas.

Allí inicialmente se hablaba de que el equipo de Alberto iba a oficializarse a fin de mes, pero los últimos comentarios deslizan que se evalúa adelantar el anuncio a la semana próxima, tras el regreso de Cristina Kirchner desde La Habana.

Otro cantar serán las primeras decisiones del nuevo gobierno. Alberto es consciente que a diferencia de sus antecesores en el cargo, la compleja situación económica y social acotará sensiblemente la ´luna de miel´ de la que gozará su gestión, lo que lo obliga a acelerar los tiempos de algunas medidas.

El 31 de enero aparece marcado en rojo en su calendario. Hasta esa fecha se prorrogarán las sesiones extraordinarias del Congreso. Antes espera por la sanción del Presupuesto 2020, la definición del acuerdo de precios y salarios con gremialistas y empresarios, y un esquema de reprogramación de la deuda. Serán menos de 60 días para llegar a febrero.

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