Subestimado en un principio, el caso Maldonado se convirtió en la principal obsesión del Presidente
Aquel 13 de agosto, ya, un buen número de personas se preguntaba en las redes sociales dónde estaba Santiago Maldonado. Pero la desaparición del joven de 28 años, visto por última vez en Chubut 12 días antes, estaba lejos de ocupar las primeras planas de la mayoría de los diarios y sitios web, y menos aún, de ser un tema trascendente para el Ejecutivo, por esas horas pendiente de la campaña y de que un buen resultado electoral, como sucedió, abriera un horizonte de mejores perspectivas económicas. Incluso promoviendo la investigación judicial, aunque relativizando el accionar de Gendarmería en el operativo en Cushamen, el Gobierno subestimó la desaparición de Maldonado.
El panorama cambió a principios de este mes, el lunes 4, cuando Mauricio Macri se refirió al tema en una breve entrevista que le dio al canal América TV, tres días después de una marcha en reclamo a la aparición de Maldonado que terminó con serios incidentes. Desde allí, el caso pasó a ser el eje central de cada encuentro del Presidente con sus funcionarios. Se decidió sostener a Patricia Bullrich en su momento más crítico, y la defensa enérgica del accionar de Gendarmería dejó de ser tal. Si bien se preservó a la fuerza, por ser parte de la estructura del Ministerio de Seguridad, se apuntó hacia los gendarmes en particular, estrategia que se advirtió claramente en los últimos días, con declaraciones de efectivos que reconocieron, por separado, haberse defendido de las agresiones de un manifestante, con piedras y balas de goma.
A sólo tres días del arranque de la campaña, Macri exige una resolución del caso lo más rápido posible. "Siempre quiso que así fuera, y siempre se trabajó para eso", aseguran fuentes ejecutivas, desactivando toda especulación sobre el impacto político que pueda tener el tema. Sin embargo, puertas adentro en Casa Rosada están atentos a las últimas mediciones que analizan si hubo cambios en el mapa electoral a raíz del caso. Por ahora, para el Gobierno no habría daño, sin alteraciones en los números. Pero a medida que se acerquen las elecciones, creen en Balcarce 50, si el caso sigue sin resolverse y aumenta la tensión, podría haber un costo electoral.