Si los brotes verdes se tiñen de amarillo, la agenda económica se moverá con otra intensidad
En donde se extrema la cautela es al hablar de la provincia de Buenos Aires. La palabra que se usa es "paridad", a sabiendas de que hay encuestas que muestran una diferencia a favor de Esteban Bullrich de entre 3 y 4 puntos. Nadie quiere dar por ganada la batalla más difícil antes de tiempo, enfoque que remarca hoy Federico Salvai, jefe de gabinete de María Eugenia Vida, en una entrevista incluida en el suplemento 3D.
A decir verdad, en la Casa Rosada administran la ansiedad electoral con una actitud casi zen. El deseo oficial es que nadie baje los brazos y por eso se aprovechará al máximo la ventana de tiempo que tienen hasta que la veda electoral impida continuar con la saga de anuncios y obras.
Si la cantidad de legisladores que tendrá el Gobierno en el Congreso a partir de noviembre acorta sensiblemente las necesidades de votos para cada negociación y más provincias se tiñen de amarillo, habrá más intensidad en la agenda. Nadie considera necesario avanzar demasiado en estos días: ni siquiera hubo mucho debate hasta ahora por el Presupuesto 2018.
El Indicador Sintético de la Actividad Provincial (ISAP), que elabora desde hace una década el estudio del economista Federico Muñoz, explica en parte por qué en el interior no se discute si hay rebote económico sino la intensidad de la recuperación, que en el acumulado muestra subas de hasta 6% anual. Si los brotes verdes se tiñen de amarillo, la agenda política y económica no marcará un cambio de rumbo, pero si de velocidad.