Replanteo de la política de defensa alemana

Tras la decisión estadounidense anunciada por Donald Trump, de abandonar el acuerdo nuclear con Irán, la jefa del gobierno alemán, Ángela Merkel dijo públicamente que su país ya no podría seguir confiando en los EE.UU. para su defensa.

 

Esta suerte de delegación alemana en la protección militar estadounidense, de acuerdo a sus palabras, habría terminado de hecho, más allá de lo que suceda con la OTAN. Ello obligó a Alemania a revisar la situación de su sistema militar.

El resultado fue negativo. La presentación del presupuesto para el año próximo lo había anticipado. Submarinos averiados que no se sumergen, aviones que no pueden volar por falta de repuestos, pilotos vestidos con uniformes raídos.

El Comisionado de las Fuerzas Armadas alemanas, Hans-Peter Bartels dijo: "Se ha ahorrado mucho en lo militar. Hemos dejado de encargar tanques, aviones... y ahora hay que volver a ser operativos". Agregó que hace años que se dejó de reequipar a las Fuerzas Armadas ("no hay suficiente munición, faltan misiles guiados..."), afirmó que no se trata de que haga falta un sistema militar nuevo, sino que es necesario reequiparlo y para ello "necesitamos decisiones políticas y mucho dinero".

Se está produciendo un fuerte éxodo de pilotos por falta de horas de vuelo. De los 128 aviones Eurofighters, sólo están volando 4, de acuerdo a declaraciones de un piloto realizadas al diario Bild. Ello implica que Alemania no está en condiciones de cumplir el compromiso de la OTAN que le exige tener 82 aviones de combate operativos. Un elevado número de fragatas, tanques y helicópteros, tampoco son operativos por falta de repuestos.

El presupuesto contempla aumentos. Alemania está destinando 1% del PBI a defensa y el proyecto contempla llevarlo gradualmente a 1,27% para 2021. Lejos del compromiso asumido en el marco de la OTAN de llevarlo al 2%, como lo propone la Ministra de Defensa, Ursula Von Der Leyen, democristiana, frente a la resistencia de los social-demócratas que integran la coalición de gobierno liderada por Merkel. La ministra había reclamado por escrito por la falta de recursos y propuesto llevar el asignado a defensa a 1,3% del PBI para 2019, para llegar al 1,5% en forma gradual en 2025, por debajo del 2% comprometido con la OTAN para 2024.

Ante la cúpula militar el 14 de mayo, en forma casi inmediata a la decisión de Trump de dejar el acuerdo con Irán, Merkel abogó por elevar el presupuesto de defensa al 2% del PBI, diciendo que "está en juego la credibilidad de Alemania y el objetivo del 2% no es un fetiche", argumentado que si no lo hace, se debilitará el multilateralismo y su país dejará de ser internacionalmente "confiable". Ello implicaría duplicar lo que Alemania destina a defensa.

Merkel argumenta que el mundo se está tornando más incierto y que sin un equilibrio de poder claro, se hace aún más difícil. Avanzando sobre la proyecto de presupuesto, propuso llevar ya el año próximo el de defensa al 1,24% del PBI. Para Merkel asignar 2% del PBI a defensa, ya no es prioritario por el compromiso con la OTAN, sino para que Alemania "pueda cumplir con sus obligaciones internacionales y que las Fuerzas Armadas cuenten con el armamento y la dotación necesaria".

En su discurso frente a los oficiales de la Bundeswehr, la jefa del gobierno alemán reiteró sus críticas al abandono del acuerdo con Irán por parte de EE.UU., pero admitió la crítica que venía realizando respecto al bajo presupuesto de defensa alemán. Es que Trump ha criticando a los países que como Alemania tiene un amplio superávit comercial con EE.UU. y al mismo tiempo usufructúan de su alianza militar.

Para Alemania, la decisión de Trump de abandonar el acuerdo con Irán, ha sido particularmente negativa. Es que este acuerdo denominado 6+1, es el primero que firma en igualdad de condiciones con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la UN (EE.UU., China, Rusia, Reino Unido y Francia), que son las cinco potencias militares más importantes del mundo y al mismo tiempo tienen todas el arma nuclear.

También se ve impulsada por Francia, que asumiendo que Alemania es y seguirá siendo la potencia económica dominante en Europa, acaba de aumentar 23% su presupuesto de defensa, para ser y seguir siendo la potencia militar de una UE que ya no tiene al Reino Unido. En la reciente Cumbre del G7 realizada en Quebec, Trump volvió a embestir contra Merkel en el tema de defensa, al cuestionar que Alemania destina sólo 1% de su PBI a defensa, frente al 4% que destina EE.UU. a este fin.

La próxima Cumbre de la OTAN que se realiza en Bruselas en la segunda semana de julio, mostrará tensiones entre Europa y los EE.UU., y seguramente el bajo presupuesto militar alemán volverá a estar en boca de Trump.

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