Radiografía industrial

El presidente Mauricio Macri parece resignado a que la batalla legislativa de este año se gana más en el terreno de la política que en el de la economía, al menos así parecen interpretarlo algunos de los principales encuestadores del país. No por eso desoye que la economía debe dar buenas noticias en 2018; en especial en la generación de empleo.

El gabinete económico pone especial atención a la caída de la industria, un 2,4% según el Indec en el primer trimestre de este año. Si bien la caída se moderó en marzo, los nuevos puestos de trabajo vienen lentos y la participación del sector fabril en la generación de empleo es clave. Según datos privados, de los 6 millones de empleos que genera todo el sector, 1,4 millones se producen desde las fábricas.

En la Secretaría de Industria saben que la foto es desalentadora pero confían en las señales aún no visibles. Por supuesto ven lo obvio: el campo vuela y el derrame ya llegó a maquinarias agrícolas pero hay "otros sectores que están pegando la vuelta aunque falta aún para que eso se va en la calle", asegura el titular del área, Martín Echegoyen. Entre los síntomas optimistas aún no visibles, ubican al sector automotriz, donde dicen se sufre un mercado brasileño en picada pero festejan que se está cambiando la matriz productiva; es decir la Argentina se dedica ahora a producir modelos premium en lugar de complementar a Brasil con la fabricación de los autos más vendidos; con lo que en divisas el volumen de exportaciones será más abultado.

También creen que con las nuevas condiciones que impone el Estados Unidos de la era Trump se ganaron nuevos mercados, como por ejemplo Centroamérica, donde ya se envían 25.000 unidades y se esperan oportunidades en Japón, donde el Presidente viajará en días. En Industria también sostienen que el mercado interno está dando señales de recuperación no sólo en autos sino especialmente en motos y en las provincias. Este sector que negocia con el Gobierno un acuerdo similar al de los petroleros que se anunciaría la semana próxima, según fuentes oficiales aumentaría un 30% su producción este año y sumaría más componente nacional, a un armado que actualmente es del 90%.

En la radiografía que elaboró el Gobierno también están los productores de línea blanca y la producción de cemento (tuvo una producción récord respecto de un alicaído 2016) y de acero, tanto en planos como en largos con lo que la obra pública (aunque no tanto la privada) estaría empezando a aspirar con fuerza.

Hay también un combo de medidas que apunta a calmar las ansiedades de los dueños de las fábricas; la devolución de reintegros, un proyecto de Compre Nacional que apunta a la contratación de proveedores nacionales en obras públicas y en cuya redacción intervino Cepal en base a experiencias de Israel, México, Estados Unidos y Alemania. Esta última iniciativa busca pacificar ánimos dentro de la Unión Industrial, que aún conduce Adrián Kaufmann Brea (Arcor) hasta fines de este mes cuando lo sucederá Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza).

En la sede de Avenida de Mayo hay revuelo. Si bien los dos movimientos internos ya acordaron unidad para coronar a su próximo conductor; actualmente se afila el lápiz para consensuar quiénes lo secundarán en la mesa chica y quiénes en la Junta Directiva, que agrupa a los delegados de regionales. Hay cuatro representantes de cada línea Industriales y Blanca y Celeste que tienen en sus manos ese armado. Ya hay acuerdo para que tanto Luis Betnaza (Techint) como Daniel Funes de Rioja (Copal) sean los vicepresidentes más cercanos a Acevedo. Entre los otros posibles asesores cercanos figuran Cristiano Ratazzi (Fiat) el propio Kaufmann y luego entrarían con peso los referentes de las economías regionales como Diego Videla (en representación de los yerbateros misioneros), José Urtubey (industriales salteños). Con otros referentes hay tensiones y dudas; al menos por ahora, por ejemplo el plástico Héctor Méndez, Juan Sacco (gráficos) e Ignacio de Mendiguren (indumentaria y presidente de la Comisión de Industria de Diputados). Con diferentes grados de intensidad desde dentro de la UIA les reprochan su accionar en los últimos meses cuando se discutió la sucesión del actual timonel fabril.

Mientras esta danza de nombres recién comienza; hay satisfacción en el Gobierno por la elección de Acevedo. Se lo considera un dirigente con perfil técnico, lejos de los líderes prebendarios, como califican al menos desde el Ministerio de Interior a los dirigentes empresariales con más exposición pública que el ejecutivo de la compañía de los Urquía. Entre sus debilidades figura justamente el perfil de AGD; una poderosa fábrica cordobesa de aceites premium pero que no deja de ser un productor de commodities. Dentro de la central fabril consideran que, por el contrario, la elección de un referente de la agroindustria de ese nivel aporta a diluir las diferencias entre campo e industria y se nutre de la ola de un campo generador de buenas noticias para la gestión Macri. (También creen que si hubiera sido Daniel Funes de Rioja finalmente el elegido hubiera recibido objeciones por el perfil importador que se le atribuye desde la industria dura a Copal).

 

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