Pichetto defendió la gobernabilidad pero a cambio de subir impuestos

No es un secreto que hay muchos empresarios molestos con los zigzagueos que mostró la gestión de Mauricio Macri en temas que afectan a sus intereses, especialmente en materia de los impuestos. Pero la memoria no siempre es del todo fiel en estos temas. Las discusiones tributarias tienen dos instancias: la definición del tributo y su alcance, que se debate en el Congreso, y la reglamentación del pago, que le corresponde al Poder Ejecutivo. A la hora de criticar, lo normal es que la factura le llegue al recaudador. De lo que opinaron o votaron los legisladores se acuerdan pocos.

Una prueba de esta memoria segmentada se da entre los hombres de negocios que se entusiasmaron con la llegada de Miguel Angel Pichetto a la fórmula presidencial. Semanas antes de que Cambiemos sorprendiera con esta movida, cuando el círculo rojo reclamaba casi al unísono que el oficialismo abrazara su destino al Plan V, el CEO de una empresa de servicios auguraba un castigo electoral al Presidente de aquellos que aceptaron adherirse al blanqueo de capitales y ahora tienen que enfrentar un pago mayor de impuestos por las tenencias declaradas. "Macri se va a arrepentir de haber propiciado el debate sobre el aborto legal, porque entre los empresarios hay mucho voto celeste", aseguraba este interlocutor. "Y también de haber cambiado las reglas de juego del blanqueo, porque muchos apoyamos la iniciativa y después terminamos pagando para salvar a los que no quieren ajustar el gasto de la política", frase que completaba la anterior.

Cuando el Gobierno hizo el primer acuerdo con el FMI, en junio de 2018, se empezó a plantear un duro ajuste fiscal para bajar el déficit de 2,7% del PBI a 1,3% este año. Para ello, se planteaba un esfuerzo compartido entre Nación y Provincias, que tenía que quedar plasmado en el Presupuesto 2019. A partir de ese momento, empezó una negociación a brazo partido con los gobernadores y los legisladores que representaban su posición, liderados por Pichetto. Fue en ese toma y daca que el peronismo planteó que no se iba a llegar nunca a esa meta de recortes sin subir la base de recaudación. La propuesta incluyó suspender la baja de la alícuota máxima de Ganancias de 35% a 30%, y restituir el pago de 1% de Bienes Personales a cuentas, sociedades e inmuebles en el exterior, muchos de los cuales habían entrado en el radar de la AFIP gracias al blanqueo.

La recaída posterior y la aparición del plan Déficit Cero financiado con la vuelta de las retenciones borró un poco los detalles de este ajuste previo y de quién propuso subir impuestos. Lo bueno de este recuerdo es que gracias a la intervención de Pichetto y a la voluntad política de varios gobernadores, la Argentina tuvo presupuesto. La gobernabilidad quedó a salvo. Los bolsillos de los contribuyentes no.

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