Para evitar el default se requieren acciones urgentes

Con el riesgo país por encima de los 1800 puntos básicos, no se puede colocar deuda a medida que ésta va venciendo. Y entonces, van tomando cuerpo dos opciones: a) reestructuración "ordenada", y si esta falla, b) default "desordenado".

Ir a una "reestructuración ordenada" no es sólo una cuestión de la voluntad de quién se lo propone: el Gobierno puede intentar pedir tiempo a los tenedores de Letes, y/o de Lecap, y/o bonos, evitando que esto sea considerado un default. Pero son variadas las cosas que pueden ir saliendo mal en el camino. Hay que conseguir mayorías especiales y esto es difícil, puede llevar bastante tiempo. Y entre las cosas que pueden ocurrir, tal vez la más grave, es que en el proceso, los depositantes, sea de pesos o de dólares, se asustaran.

Tendrían sus razones: problemas de deuda pública en el pasado terminaron en plan bonex, corralito, corralón. Una fuerte huida de depósitos crearía a su vez un stress bancario y cambiario casi imposible de hacer frente.

Se habla por estos días de una "reestructuración a la uruguaya" (2003), sin tener en cuenta que en Uruguay el problema era el capital y no los intereses (que se pagaron puntualmente durante los 40 días que se usaron para concluir el canje de bonos), y acá, en 2020 apremiarán (siempre refiriéndome a deuda con sector privado) tanto los intereses (unos u$s 7500 millones) como el capital (casi u$s 9000 millones). Apenas dejáramos de pagar los intereses, seríamos declarados en default por las agencias calificadoras.

Se habla de una reestructuración a la "ucraniana" (20% de quita y extensión de plazos), que allí pudo hacerse en poco tiempo, dado que las deudas estaban concentradas en pocas manos (de hecho, la negociación fue sólo con cuatro grandes fondos). Por estos lares, tenemos miles de bonistas, muchos de los cuales ya han sufrido severas quitas en 2005 y 2010.

Los riesgos de intentar una "restructuración amigable con cada uno de los bonistas" son bien altos. Qué tal si en lugar de explorar variantes de default, gobierno y oposición (Macri, Fernández y Lavagna), pusieran el énfasis en exploran juntos que maneras habría para bajar fuertemente el riesgo país, evitando el default, de modo que hagamos lo que hacen todos los países normales de este planeta: rollear las deudas (ir cancelando la deuda con XX, por otra con YY)?

Un comité negociador ad hoc, impulsado por el gobierno de Macri, e integrado por referentes de los tres espacios con chances electorales, podría por ejemplo:

1) promover una carta conjunta de los candidatos, con un fuerte compromiso de cumplimiento de pago a los acreedores (al estilo de la "carta al pueblo brasilero" del 22 de junio de 2002 suscripta por el candidato Lula, cuando el riesgo país había pasado de 700 a 2400 puntos básicos por el temor que él generaba en los mercados).

2) comenzar a negociar ya con el FMI la reprogramación de pagos del stand by.

3) solicitar al FMI, a USA y otros países, fondos adicionales, entre u$s 10.000 y 20.000 millones, para que el nuevo gobierno los pueda usar desde inicios de 2020, sea para pago directo de deuda, o recompra anticipada de deuda.

4) Solicitar al FMI que los u$s 7300 millones que están sin uso en el BCRA (no se pueden usar para vender al mercado, y tampoco para pagar deuda, están ahí, como en una vitrina, con el nombre de "Fortalecimiento de Reservas"….), sean destinados a la recompra de bonos (lo cual se haría con algún descuento, siendo una manera elegante de "involucramiento privado" en el tema, que debería ser bien visto por el FMI).

5) Promover eventualmente una ley, para que el FGS, en su propio beneficio ante la caída brutal de su patrimonio por la caída de bonos y acciones, pueda prestarle sus tenencias de bonos y acciones a un fondo de recompra, que pudiera usarlos de garantía para solicitar préstamos en el exterior. Al final del proceso, la suba de precios de acciones y bonos haría que el PN del FGS pudiera recuperarse.

6) Promover el lanzamiento de un bono patriótico, para que grandes fortunas de argentinos, individuales, de empresas y de bancos, pudieran colaborar en esta defensa del crédito público, que los ayudará también a ellos a recuperar el valor de capital perdido en la actual debacle financiera.

7) Conversar con algunos tenedores muy importantes de deuda (Templeton, Blackrock y otros), a fin de garantizar se presenten en licitaciones de letras y bonos, para que las mismas resulten exitosas.

Este tipo de acciones, y otras que se puedan encarar, son las que posibilitarían bajar fuertemente el riesgo país, y terminar con la actual crisis financiera.

Las iniciativas que se pueden tomar, comprenden aspectos específicos financieros, pero también aspectos macroeconómicos y geopolíticos (luce difícil lograr apoyo adicional de Estados Unidos si prevalecieran posturas contrarias a las de ellos en temas tan sensibles como los de Irán y Venezuela).

El tiempo apremia. Los vencimientos quincenales de Letes y Lecap, y en 2020, los vencimientos de intereses y capital de bonos, no permiten dilaciones.

Es de esperar en próximas reuniones, que Mauricio Macri y Alberto Fernández tomen el toro por las astas, encaren la problemática, y exijan de sus equipos técnicos propuestas concretas. No habrá estabilidad cambiaria, ni financiera, ni posibilidad alguna de baja de tasas de interés, ni reactivación económica, si no se logra resolver adecuadamente el tema de la deuda pública.

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