Para aprovechar el crecimiento brasileño hay que recuperar el intercambio comercial

La recuperación que registra la actividad brasileña representa una señal esperanzadora para la Argentina. El crecimiento del gigante sudamericano genera un efecto multiplicador en toda la región que alimenta tanto al sector agropecuario, como al fabril y al de servicios, ávidos de una demanda que decayó fuertemente en los últimos años.

La torta comercial argentina se redujo desde el pico de 156.400 millones de dólares que registró en 2011 a cerca de u$s 125.000 millones en 2017. Es decir que el país perdió al menos u$s 30.000 millones de comercio con el mundo en seis años y u$s 12.600 millones de ellos, corresponden solamente al intercambio con Brasil.

Si bien la dependencia entre los principales socios del Mercosur no es pareja por el diferente peso de sus economías, el desequilibrio del comercio bilateral creció fuertemente este año, a partir de un incremento de las importaciones argentinas que no tuvo su correlato con las ventas al vecino país. Y modificar esa ecuación resulta clave para la recuperación del Producto Interno Bruto.

Hoy, 1 de cada 6 dólares que recibe la Argentina por sus exportaciones proviene de Brasil, mientras que los brasileños reciben solo 1 de cada 12 desde tierras argentinas. No obstante, con compras que saltaron un 31% y exportaciones que subieron menos de 4%, el saldo del año pasado fue desfavorable en casi u$s 8200 millones, lo que equivale a 1,5% del PIB y casi la totalidad del rojo comercial argentino.

Si Brasil cumple con los pronósticos que le auguran un crecimiento de casi 3%, le aportaría a la economía argentina un impulso equivalente a un punto del Producto, según estiman los especialistas. Recuperar el volumen del comercio exterior y reducir el déficit bilateral será clave para que esa contribución se traduzca en crecimiento.

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