CRONISTA POR UN D A

Otra vez sopa: prenderle una vela al campo y a Vaca Muerta

Sin movimientos estridentes por ahora, la dirigencia empresarial comienza a rearmarse para salir al ruedo. Pasa en todos los años electorales pero en este 2019 hay tensión entre quienes miran con agrado una continuidad del actual Gobierno y quienes, por el contrario, ya promueven una candidatura de Roberto Lavagna con el peronismo no K detrás. En este contexto se lee, sin duda, el regreso del Grupo de los Seis que se reunirá informalmente mañana en el marco de una asamblea formal del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp).

Justo la misma semana en que se conocerá un dato letal para el estado de ánimo de los argentinos: pasado mañana el Indec difundirá el último dato de desempleo, que arrojaría un porcentaje de dos dígitos para los tres últimos meses de 2018.

Si esto efectivamente es así, los desocupados rozarían los 2,2 millones de argentinos y sólo en esos últimos meses de un 2018 con indicadores al rojo vivo se habrían perdido 200.000 puestos de trabajo. El dato del Indec llegará cuando comienza la negociación paritaria de los metalúrgicos de la UOM, que preside Antonio Caló, uno de los gremios más voluminosos como comercio, y mientras se ultiman los detalles del paro que la CGT y otros gremios adherentes proyectan para el 4 de abril.

Con ese indicador demoledor, cuatro terminales con empleados suspendidos hasta abril/mayo, fábricas que van cayendo en concursos preventivos de crisis no resulta sencillo contener las bases, ni dentro de las entidades que representan a los trabajadores ni dentro de aquellas que representan al sector privados, Abundan las caras largas por doquier.

El Gobierno insiste en que tiene elementos rotundos para pelearle fuerte a las malas noticias económicas. El PBI agropecuario 2019 estaría cerca de los u$s 30.000 millones, la cosecha se presentaría sin sobresaltos este año e ingresaría en torno a u$s 2500 millones en breve y hay otros u$s 7000 millones que motorizarían proyectos ya aprobados en Vaca Muerta. En el entorno presidencial, en tanto, no se cansan de repetir que les alcanza de sobra para obtener la reelección. El transmisor del mensaje frente a los empresarios es el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.

De todos modos, la sensación térmica del bolsillo siempre es un dato en sí mismo. Hay un dato que sobrevuela las percepciones de la dirigencia. En las encuestas, el ciudadano de a pie volvió a poner en el trono de sus preocupaciones a la inflación en un 93% mientras que la inestabilidad de la economía le preocupa al 76% de los consultados en unos 1200 casos en todo el país de manera on line que realizó la consultora D Alessio Irol. Por primera vez, entre los 10 temas de mayor preocupación los que tiene que ver con el bolsillo destronaron a la inseguridad/delincuencia, que no deja de quitarle el sueño al 64% de los entrevistados.

El bolsillo flaco golea en todos los sectores políticos: quienes votaron a Cambiemos en el 2015 como a quienes lo hicieron por Daniel Scioli por el cristinismo. En el mismo sondeo, los más jóvenes parecen más críticos con el gobierno de Mauricio Macri que aquellos que son mayores de 55 años.

De todos modos, los votantes de Cambiemos le otorgan un 49% de imagen positiva al Presidente pero un 47% de negativa mientras que entre los votantes del Frente para la Victoria la brecha se disparó 92%, la mala y solamente 6%, la buena.

Yendo al día al día, en la industria no logran mejorar los ánimos. Los dueños de las fábricas insisten en que no tiene espalda para sostener los niveles actuales de empleo más allá de abril y que han reducidos salarios para no despedir empleados porque están con un 54% de capacidad instalada. Es cierto también, como señalan algunas fuentes gubernamentales, que en este movimiento de crisis fabriles hay muchas que están pagando consecuencia de sus propias inoperancias antiguas y que también están las que aprovechan los números en naranja para hacer, de hecho, una reforma laboral que por ley difícilmente avance. Ocurre que no solo en este sector hay quejas.

También las pequeñas y medianas constructoras le reclaman al Gobierno poca acción en materia de vivienda y recortes innecesarios en partidas destinadas a la construcción en esta área porque se prioriza la infraestructura pero es en este otro ámbito donde se genera más empleo, de acuerdo con los cálculos de la Confederación de Pymes Constructoras.

En la gestión hay cuestiones que se van resolviendo sobre la marcha como por ejemplo el aumento del gas que, finalmente, se aplicará con un descuento del 20% que se abonará en verano. El instructivo de esa aplicación del descuento y de lo más importante el porcentaje de suba final aún están en redacción del Enargas que tiene hasta fin de mes para mejorar la redacción (y el cálculo) pero el descuento ya enfrentó nuevamente al área de Energía, hoy en manos de Lopetegui, con Economía, bajo las inflexibles columnas excel del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne.

Alguien tendrá que pagar los diferimientos por el cobro que según la resolución ya emitida (vía whattsap) estará cargo del Estado Nacional pero en Hacienda apelan a la "creatividad" de Energía para compensar las cuentas que deben cerrar con déficit cero.

Una pelea que ya calentó al tándem Lopetegui/Dujovne a poco de asumir el primero en su cargo y que no le envidia nada a los acalorados cruces que ya protagonizaron en otros tiempos el mismo Dujovne y el anterior secretario de Energía, y previamente ministro, Javier Iguacel.

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