Ordenamiento tarifario para salir de la crisis energética

En el 2003, Argentina producía 40% más de petróleo y 28% más de gas que a fines del 2015, cuando termino el periodo K. El panorama eléctrico no era tampoco alentador ya que este sector vivía tres situaciones críticas, a saber:

- 1.Escasas inversiones que causaron el deterioro en las redes de distribución eléctrica en el Área Metropolitana, baste decir que la duración de los cortes de luz se multiplico casi 6 veces, al pasar de 6 horas en el 2003 a 33 horas por corte en 2014. También aumento la cantidad de cortes, ya que entre 2003 y 2014 la cantidad de cortes se duplicó. El costo para la sociedad de estos cortes ha sido enorme: familias sin agua, ancianos y enfermos sin ascensor y pérdidas para comerciantes e industriales, no fueron meros ‘accidentes’, sino el fruto de políticas erróneas por más de una década.

- 2. Insuficiente expansión de la capacidad instalada para la generación eléctrica, por debajo del aumento de la demanda. Por esta razón el margen de reservas eléctricas en el 2015 era el más bajo de las últimas décadas. 

- 3. Las tarifas eléctricas del 2015 discriminaban fuertemente contra el interior del país, ya que los consumidores que habitan el interior pagaban mucho más. Una familia en Santa Fe pagaba la luz 7 veces más que una en Buenos Aires. Un taller mecánico en Córdoba pagaba la luz 6 veces más que uno en la capital de la República. Las tarifas eléctricas en el Área Metropolitana parecían en el 2015 haber sido diseñadas por ‘Hood-Robin’, ya que concentraban los subsidios no en los sectores más humildes, sino en los niveles socioeconómicos superiores, caracterizados por sus altos consumos derivados de su gran equipamiento hogareño con artefactos que utilizan electricidad.

Las tarifas eléctricas estaban tan distorsionadas en nuestro país que en el 2015 una familia pagaba la luz en Montevideo 21 veces mas que en Buenos Aires, en Chile pagaban 13 veces mas y en Brasil 8 veces mas. Algo similar pasaba con las tarifas de gas residencial, en Chile era 7 veces mayores y en Brasil 10 veces mayores.

Era evidente a fines del 2015 que era hora de salir de esta crisis, el país necesitaba tarifas que no discriminen contra el interior y que establezca una tarifa ‘social’ que preserve el acceso al consumo de todos los argentinos humildes, es decir no solamente los del Área Metropolitana. 

Las tarifas deben ser adecuadas, es decir deben cubrir los costos razonables de una eficaz prestación de servicios por parte de los concesionarios. La tarea no era fácil porque se habían congelado tarifas eléctricas por 12 años, cuando la inflación en este período había trepado a 1200%, nunca en la historia argentina había ocurrido algo así. 

Esta no es hoy una tarea grata para la administración, pero es evidente que no tenía alternativa a un ordenamiento tarifario importante, ya que fueron 12 años de descapitalización y deterioro de todo el sector energético. 

Los gobiernos nuevos siempre asumen sus mandatos sin beneficio del inventario de los errores del pasado.

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