Maradona, el patriota

Carlos Federico Ruckauf, exvicepresidente de la Nación, describe su relación con Maradona, a quien conoció en Italia '90, cuando él se desempeñaba como embajador argentino en Roma.

El Mundial de fútbol de 1990 mostró, en toda su intensidad, el patriotismo de Diego Armando Maradona, un jugador de futbol excepcional, pero además, un joven convencido del inmenso honor de vestir la casaca nacional.

Quienes vimos sus padecimientos físicos (jugó lesionado todo el torneo) tuvimos la oportunidad de mensurar su capacidad de superar el dolor para defender los colores de la Patria.

Su indignación por el ataque a la bandera argentina en Trigoria, la ulterior provocacion que lo llevó a un altercado que se intentó utilizar para que los 'carabinieri' lo detuvieran, fueron episodios que marcaban para propios y extraños que ese amor por lo nuestro era una fortaleza a aprovechar por Bilardo y una debilidad que quisieron utilizar tramposamente algunos dirigentes del fútbol internacional.

Había caído el Muro de Berlín y a muchos les interesaba que Alemania obtuviera un trofeo que era un aliciente para la reunificación. Además, a los dirigentes italianos la eliminación en Nápoles les habia quedado atragantada.

La declaracion de Maradona en ese momento es inolvidable. "Lo de la bandera es una vergüenza, no lo voy a perdonar nunca. El que lo hizo es un ignorante que puso en dificultades a todos los buenos italianos. Me siento mal, porque esto va más allá del fútbol. Nunca creí que hubiera gente que nos quisiera hacer tanto daño. Tengo contrato por tres años con el Napoli y va a ser muy duro".

Pero los napolitanos lo entendieron y recuerdo con emoción el primer partido como local, luego del Mundial, cuando las calles de la ciudad y las tribunas del estadio se llenaron de banderas argentinas.

Ese día, Diego pudo ver el amor de un pueblo que no era el suyo pero que lo había adoptado y que comprendía la indignación por tantas injusticias que estaban acumuladas tras esos ojos bañados en lágrimas y sus labios que todos podían leer agradeciendo el reconocimiento y el respeto que recibía.

En ese mismo estadio,  Argentina había eliminado a Italia poco tiempo antes acabando con el sueño de la final frente a Alemania, y sin embargo los mismos que habían sufrido ese dia, ahora ovacionaban al líder inigualable de la Selección Argentina.

Quien escribe estas líneas de homenaje póstumo conoce gran parte de los dramas que vivió Maradona desde su dura lesión en Barcelona en adelante, pero también su inmenso corazón.

Nunca hubo, ni hay, un jugador de la Seleccion Argentina, que represente con la entrega, su genial habilidad, el liderazgo y la pasión, la defensa de nuestros colores.

Una vez me dijo: "Solo mis hijas son mas importantes que mi Patria". Ellas y nosotros merecemos recordarle asi.

 (*) Ex vicepresidente de la Nación.

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