Macri o Alberto, el primer Boca - River del año

El domingo 11, pasadas las 18hs, los argentinos comenzarán a intuir quién será el próximo presidente.

Como si fuese un River Boca por la Copa o por la Superliga, los argentinos esperan el domingo ganar. Desde la óptica de un kirchnerista no hay nada bueno en Macri, y desde la visión de un votante de Cambiemos, en Cristina no hay nada rescatable. La pelea es cara o ceca, porque los que votan a Lavagna o cualquiera de las otras listas, no juegan el Superclásico.

Mauricio Macri no solo puede convertirse en el primer presidente no peronista en terminar su mandato desde Marcelo T de Alvear, también puede ser reelecto. Al menos así lo sostienen varias encuestas, situación que envalentonó a la Casa Rosada.

También lo cree el mercado (a medias) y lo quiere Donald Trump, el presidente más poderoso del mundo, que fue el artífice fundamental para que el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegara el año pasado a un acuerdo rápido y millonario con la Argentina.

Los inversores extranjeros piden que Macri siga. No solo los que lograron hacer buenos negocios vía carry trade. "Cristina tiene una imagen muy negativa entre las empresas estadounidenses", dice desde Washington una de las consultoras que concentra inversiones en América latina.

Los empresarios locales suelen decir frases sorprendentes como "este Gobierno es antiempresa" o "me cansé´de perder plata con Macri y de ganar con Cristina". Pero ante la pregunta de a quién van a votar, la respuesta, en su gran mayoría, es contundente: "a Macri".

De todas formas, no parecen estar desesperados si Alberto Fernández se convierte en Presidente. "No es lo mismo que gane Macri o Alberto, pero igual nos ajustaremos a las reglas de juego", dice uno de los empresarios top del país. Y es aquí otra sorpresa. Hablan bien de Vidal, pero también de Kicillof.

A los hombres de negocios, más que una posible vuelta de Cristina, los preocupa la inflación y mucho más no contar con una moneda fuerte. El tema es recurrente en el círculo rojo. Pero lo más difícil es encontrarle la vuelta. Si bien la inflación es más baja que en los primeros meses del año, sigue siendo muy alta. Es tal el problema, que hay empresarios que alientan la vuelta de la convertibilidad.

Alberto, que hizo una campaña sin muchos recursos (son muchos los que dijeron que no había plata) logró ser más acertivo en los últimos 15 días. Macri, mientras tanto, confía en el equipo, que más allá de los errores de gestión, o el mal diagnóstico por la herencia recibida, es el mismo que llega a la pelea invicto y con los cinturones de campeón en las diferentes categorías.

Falta poco, restan días. La ansiedad se apodera de una sociedad que más allá de la grieta, miraba, hasta hace poco, de forma apática las elecciones. Ahora la historia cambió. Es Macri o es Alberto, porque Lavagna, el tercero en discordia, parece estar lejos.

El próximo domingo, las primeras cartas, tal vez claves, estarán sobre la mesa. La pregunta que hasta ahora no tiene respuesta es si pesará más la crisis de la economía y los aumentos de tarifas, o la posible vuelta de Cristina.

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