Macri echa mano a una estrategia fallida y convoca al demonio de la hiperinflación

El de Mauricio Macri no es el primer gobierno que apela al miedo para imponer una iniciativa. Otros presidentes también han agitado los fantasmas económicos para explicar que, si no se aceptan sus propuestas, la alternativa es el abismo. Pero llama la atención el dramatismo con el que el Presidente reclamó el voto favorable del Congreso al acuerdo con los holdouts por la deuda en default. "Vamos a un ajuste o a una hiperinflación. No hay alternativa", planteó Macri ayer al responder una consulta del periodista Luis Majul. En la misma línea se había pronunciado en estos días el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay.

Atrás ha quedado aquel presidente Buda que no se alteraba por las dificultades de la coyuntura económica. La realidad impuso su rigor y la inflación (de más del 8% entre enero y febrero) es la obsesión fundamental de un Gobierno que no logra contener las subas de precios sistemáticas en los alimentos básicos. Pero hablar de ajuste tremendo o del drama de una hiperinflación como escenario alternativo a una derrota parlamentaria parece, a simple vista, una exageración.

Es cierto que la herencia económica del kirchnerismo es pesada. Es cierto que Brasil, EE.UU. y Europa están viviendo circunstancias que pueden complicar a la Argentina. Pero el desafío de Macri es entusiasmar a una sociedad que viene de años de recesión y decadencia. Entusiasmarla en vez de asustarla. El Presidente debería saber que convocar a los demonios del caos económico es una estrate gia que, en los tiempos recientes, ya se devoró las mejores intenciones de varios de sus antecesores.

Temas relacionados
Más noticias de Mauricio Macri
Noticias de tu interés