Los convenios colectivos serán por empresa y negociarán productividad

La negociación colectiva por inflación está condenada a desaparecer, se imponen los indicadores que nos permitan recuperar la productividad y la competitividad, los convenios de actividad serán solo convenios por empresa y de empresa, y la necesidad de centrar la atención del Gobierno Nacional, los sindicatos y las entidades empresarias solo y únicamente: en el empleo.

Un cambio de paradigmas supone una transformación en las relaciones gremiales y esencialmente, una verdadero cambio de mentalidad, tanto en el mundo empresario como en los trabajadores y sus representantes.
"El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana". "El trabajo es necesario para formar y mantener una familia, adquirir el derecho a la propiedad y contribuir al bien común de la familia humana".

"La consideración de las implicaciones morales que la cuestión del trabajo comporta en la vida social, lleva a la Iglesia a indicar la desocupación como una verdadera calamidad social, sobre todo en relación con las jóvenes generaciones". (Manual de Doctrina Social de la Iglesia, ap. 287).

La negociación colectiva se congeló durante los 90 por la convertibilidad que mantuvo al dólar en paridad "uno a uno" con el peso.

En cambio, en la era K se reactivó por la caída de la convertibilidad y la reaparición de la inflación. Si bien seguimos en estanflación (stagflation), o sea en estancamiento recesivo e inflación, los indicadores comenzaron a descender. En efecto, en abril tuvimos el 7,4% y mayo con la mitad entre el 3,5 y el 4,5%, julio alrededor del 2,5 al 3,5% con perspectivas de que llegue a ser entre el 1 y el 1,5% al finalizar el 2016.
Con esta tendencia, se diluye la inflación como la única motivación que impulsó la negociación por actividad, y necesariamente, si este factor desaparece o se reduce, cómo debe plantearse la distribución del ingreso, que a la vez es el costo laboral, y a la vez es necesariamente, la búsqueda de un resultado rentable.

La negociación por actividad parte de la premisa de la existencia de "un mínimo común denominador" que alcance la heterogeneidad de cada actividad. Véase solo la industria de la construcción, con grandes corporaciones locales y extranjeras, con grandes contratistas, grandes proveedores, empresas medianas y multitud de empresas subcontratistas pequeñas.

Pero sin dudas, la necesidad de preservar el empleo y de fomentar la creación de empleo de buena de calidad es el objetivo central y se ha constituido prácticamente en la política del Estado central para el Presidente Macri. No solo debería esperarse las iniciativas laborales del Ministro Jorge Triaca (h.), sino de todos los demás ministerios, desde su lugar, deberían realizar sus aportes concretos para mejorar los dos ejes centrales: la generación de empleo y que éste sea de calidad, (en blanco, bajo condiciones de trabajo dignas, asumiendo aportes y contribuciones, etc.). Los sectores más vulnerables deberían tener prioridad, a saber:

1. los excluidos sin escolaridad, que los debemos integrar al mercado desde la marginalidad;

2. los desempleados entre 16 y 24 años en la búsqueda de su primer empleo;

3. los adultos mayores de 45 años con bajo nivel de preparación, o en actividades en estado de crisis o desaparición;

4. los empleados precarios, y los subempleados demandantes y no demandantes;

5. los ex presidiarios en el proceso de reinserción social;

6. los desocupados con capacidades diferentes;

7. los desempleados en general, sobre todo aquellos que no cuentan con ninguna protección o plan social especial;

8. los grupos más vulnerables en peligro de perder su empleo.

Todos los que saben, todos los que pueden, todos los que tienen, tienen el deber de hacer todos los esfuerzos que sean necesarios, para crear nuevas y mejores oportunidades de empleo, para que todos cuenten con la posibilidad de recuperar en gran medida su dignidad por intermedio del trabajo.

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