Lavagna, Béliz y la ocasión para barajar y dar de nuevo

La fachada general será la de un Consejo Económico Social pero se sabe que allí será difícil conseguir pluralidad a la hora de la discusión.

De modo bastante frecuente, al presidente Alberto Fernández se le reclama un Comité de Expertos que, al modo de los sanitaristas, lo ayude a diseñar el futuro pos pandemia, habida cuenta que aparece ahora una oportunidad concreta para ejecutar un rediseño total de la economía. Hasta ahora, el Presidente ha postergado el tema por aquello de que es fácil encaminar una discusión entre dos médicos, pero casi imposible aplacar los egos de dos economistas y más si sus escuelas difieren en materia de instrumentos, pero también de objetivos.

Sin embargo, desde la Casa Rosada no desmienten que algo aún incipiente se observa en el horizonte, a partir de una guía similar a la que tiene el resto del mundo, con las particularidades propias del deterioro argentino. El puntapié inicial confía tener a Roberto Lavagna al comando y a dos hacedores propios en la generación de ideas y en la coordinación: el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, ambos muy ligados a la Iglesia. Esta referencia no es menor a la hora de intuir el sesgo que podría adoptar el futuro, sobre todo por las tirrias papales hacia el capitalismo.

La fachada general será la de un Consejo Económico Social pero se sabe que allí será difícil conseguir pluralidad a la hora de la discusión, algo que sí tuvo aquel antecedente que auspiciaron la Iglesia y la ONU en 2002, cuando se elaboraron en convivencia cientos de documentos para busca una guía para la situación. Es verdad que luego todo aquello quedó en la nada, incluida buena parte de la documentación que algunos dicen que se ha perdido. Otro punto de inflexión en la historia fue el costado privatizador de la crisis que desembocó en la Convertibilidad. Ante la situación de iniciar el descenso sin paracaídas, la sociedad estaba propensa a tomar lo que le ofrecían a cambio de la estabilidad monetaria: privatizaciones, desregulaciones y endeudamiento.

Los políticos de mala fe en la ciudad de los contagios

Los números no dan tregua, la curva del va para arriba y objetivamente éste es el peor momento para flexibilizar la cuarentena, pero es verdad que tampoco los gobernantes le encuentran la vuelta al mix para que la economía no se siga deteriorando.

 

La idea general que tiene el Gobierno hoy es la misma que se observó en aquellas crisis: aprovechar la gravedad de la situación de millones de pobres y desempleados para barajar, dar de nuevo y trabajar por ahora a favor del rol social de un Estado que aliente el consumo y que sea proteccionista y pro mercado interno, pero sin descartar aperturas administradas. Además, quienes trabajan en el proyecto se han propuesto ser muy claros en lo macroeconómico ("sustentables diría Martín Guzmán), de forma tal que la inversión no tenga dudas sobre el futuro. Y sobre todo, usar la tecnología a favor de la inserción laboral de miles de Pymes y cooperativas que se pretenderá reactivar. Este punto y el e-commerce que deriva del mismo no existía por entonces y hoy puede ser clave.

De todo esto se habló durante la semana pasada con empresarios y sindicalistas en Olivos y en la Casa Rosada. Quizás este nuevo escalón que se está encaminando sea un impensado bonus track de la historia que la Argentina podría aprovechar si consigue que la sociedad y su clase dirigente se saquen muchas telarañas de la cabeza. Hay una paradoja central en todos estos planes: que un gobierno peronista, que se declara industrialista por historia y vocación le tenga que dar espacio a los servicios para intentar pegar la patada que intente subir el país a la superficie. En tiempos de Cristina Fernández esto ya sucedía, pero el relato lo silenciaba. Ahora, será moneda corriente.

Un hueso a roer será el de los gremios, aunque no el más duro porque las flexibilizaciones de hecho que ha impuesto la epidemia han llegado para quedarse bajo formas laborales en las que los gremios tradicionales perdieron la brújula. Aunque al poder sindical le pese, la gente sola se ha reconvertido, ya sea trabajando desde su casa o emprendiendo modalidades por fuera de su tutela, creando o utilizando aplicaciones que hacen desaparecer casi los trabajos tradicionales, mientras las empresas han armado turnos extraordinarios que nadie se atrevió a cuestionar. El Gobierno busca hacerles entender a los jerarcas sindicales que entre el empleo o el salario deberán optar de ahora en más por el primero. ¿Qué gremio podrá oponerse a las pasantías si éstas sirven para darle herramientas a los jóvenes, por ejemplo?

De la salud a la economía y la teoría de los dos abanicos

Dos más que letales abanicos que operan al unísono, aunque a la inversa, se ciernen hoy sobre la Argentina. En uno, la pantalla se abre inexorablemente a partir de la aceleración de los casos de Covid-19 (geriátricos, colectiveros, asentamientos) mientras que el segundo funciona al revés, ya que se va cerrando también de modo inevitable, a medida que el desmembramiento económico que surge del parate productivo hace estragos.

Hay un estudio que maneja el Gobierno que habla de crear nuevos emprendimientos similares a PedidosYa, Glovo o Rappi que podrían generar más de 4 millones de empleos, lo que algunos identifican como "una gran cooperativa de deliveries donde cada uno es dueño de su porción de trabajo y todo "con bajo nivel de sindicalización . La idea sería que se puedan conformar a nivel regional y que haya mucho apoyo de gobiernos provinciales y municipales. Que la idea marcha lo sustenta la sanción económica que la subsecretaría de Acciones para la Defensa de Consumidores le aplicó la semana pasada a las tres empresas: la idea es debilitarlas.

Según un estudio de mercado de Claves, Información Competitiva, el comercio electrónico aparece hoy como "una herramienta que permite superar las adversidades y desafíos que genera el aislamiento social , mientras que "ha mantenido una tendencia creciente, pero a un ritmo marcadamente menor que lo que se registra en los países más desarrollados , aunque sus proyecciones indican que durante este año "el e-commerce puede cerrar parte de la brecha que lo separa del mundo y alcanzar hasta 4,8 por ciento del PIB . Otro ganador en el consumo de cuarentena "fueron los delivery de comida dice Claves: "PedidosYa es la app que domina el mercado, pero durante los últimos meses se observó un crecimiento de sus competidores Rappi y Glovo . Otro dato a tomar en cuenta es que "la inmensa mayoría de los compradores (84%) canalizan sus transacciones a través de plataformas de e-commerce o marketplaces, donde Mercado Libre tiene 90 por ciento de participación sobre el total , lo que explica la ojeriza de muchos con el negocio de Marcos Galperín y la violenta campaña para desacreditarla. En ciernes está el sueño de muchos de crear, junto a las empresas de delivery nuevas, una aplicación estatal obligatoria o al menos una que sea "de los amigos , con la idea de desplazarla.

En cuanto a los sindicatos, estos han prometido que harán silencio sobre los cambios de todas las conductas de trabajo que se vienen y que no van a hablar más de precarización ni de "tracción a sangre , ni tampoco Camioneros pedirá incorporar al gremio los nuevos choferes de reparto. Además, ya casi tienen asumido que este año no habrá paritarias, ya que serán aumentos fijos y discrecionales de parte del Gobierno. Habrá endulzantes para algunos gremialistas, tal como como se hizo con los telefónicos cuando en los años ‘90 peligraba la privatización de ENTel, mientras que se sabe que otros no se la va a hacer difícil al Gobierno, ya que se los considera "del palo . Para concluir sólo hay que observar:

  • Se le hizo un guiño a Armando Cavallieri para que se haga cargo de Garbarino y de Musimundo.
  • Se le perdonó una multa millonaria a Camioneros y se negoció su salida de OCA. También se lo ayudó a terminar el sanatorio del gremio en Caballito, bajo la fachada solidaria hacia la provincia de Buenos Aires. Hubo un atisbo de reacción de Pablo Moyano, pero se interpreta que fue sólo para mantener las apariencias.
  •  APLA y los demás sindicatos aeronáuticos negocian, aunque se quedaron casi callados la boca por la reducción de sueldos en Aerolíneas Argentinas. Los aviones en tierra les quitaron el sistema tradicional de presión, los paros y parecen estar felices.
  • Otro tanto está pasando con Roberto Baradell y las nuevas formas de enseñanza que se van a instalar: silenzio stampa.

 

Que el aislamiento "no tiene plazos es una verdad incontrastable que surge de Olivos en cada conferencia de prensa tripartita, aunque es inevitable que a esa definición la memoria colectiva le agregue una segunda cláusula que remite a lo más oscuro de la historia argentina reciente: "...sino objetivos . Si bien la inferencia parece injusta, la construcción completa resume el concepto resultadista que utiliza en este momento el Gobierno para decidir cómo va a seguir sanitariamente la pelea cuerpo a cuerpo (y distrito por distrito) contra la epidemia de Covid-19. Detrás de esto hay que mirar lo económico, pero también está lo institucional y lo político. Tener en claro, por ejemplo, si el sesgo autoritario que conlleva la emergencia será algo permanente en la Argentina.

 

Es necesario que, además de hacerlo contra el coronavirus, el país salga a luchar contra su propio destino si quiere arrancar con el pie derecho la carrera de la pos crisis. Algunos seguramente le echarán la culpa de los fracasos de los últimos 90 años al largo período populista y otros plantearán que fueron las políticas del enemigo neoliberal, aunque en realidad la Argentina ha sumado de modo recurrente dos fallas sustanciales: siempre tocó la cuerda equivocada y lo hizo mayormente a destiempo, muchas veces en alianza con quienes poco pueden enseñar porque son peores ejecutantes.

Mientras casi todos los países leen correctamente la partitura y se acomodan por izquierda y por derecha a los compases que toca el resto del mundo que importa, quizás uno de los peores males argentinos fue siempre su propensión a moverse a contramano de la melodía general. La Argentina suele desafinar, lo sabe el mundo entero y salvo pequeños intervalos de tiempo, la constante fue que cuando la batuta indica la acción de los metales se escuchan los ejecutantes de violines, mientras los músicos suelen confundir bachata con chacarera. Ha sido aperturista cuando el mundo se replegaba o proteccionista en medio de economías abiertas y globalizadas; fanática de la acción del Estado cuando lo que se necesitaba era darle impulso al sector privado y también pertinaz seguidora de la potencia equivocada u otras veces, amante furiosa del multilateralismo.

Probablemente por eso, su lugar en el mundo actual es el de una decadencia atroz, ganada a través de los años y no sólo por la incompetencia de los ejecutores, sino también por la impaciencia de los auditorios. Hoy, la pandemia muestra al país bastante desguarnecido en varios frentes, endeudado, con pobreza extrema y con muchas telarañas mentales, aunque hay quienes suponen que lo que está por delante es un desafío casi de última oportunidad. 

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