ENFOQUE

Las paritarias más irregulares de los últimos años

Los ánimos están subiendo de temperatura en una de las negociaciones de salarios más irregulares de los últimos años, donde la mayoría observa el curso de la inflación como único vector para regular la pérdida del poder adquisitivo de nuestra moneda.

Todo lo estamos pensando en estanflación y con un mercado interno colapsado por la falta de crédito, la ausencia de inversiones y por la pérdida general de confianza.

La posición empresaria está tomando como punto de referencia resistir el embate sindical procurando un solo ajuste anual, y eventualmente cláusula de ajuste al finalizar el período. En algunos casos la entidad empresaria se presenta a través del procedimiento preventivo de crisis, frente a la imposibilidad de discutir salarios en las actuales circunstancias.

En cuando a las posturas sindicales para enfrentar la negociación tenemos todos los extremos y en el medio una variada lista de alternativas.

Por una parte están a los que saben que aumentarán en forma escalonada y volverán a perder frente a la inflación, por efecto de que la actividad sigue deprimiéndose. Fraccionarán los ajustes, dejarán un espacio para la revisión, y pagarán en cuotas los ajustes y la revisión misma.

En el otro extremo están los que dicen que hay que indexar y ganarle a la inflación, desconociendo los efectos nocivos que se darían inclusive con sus aparentes beneficiarios.

Muchos saben que los aumentos de salarios con el único propósito de equiparar la inflación se traducirán en pérdidas de puestos de trabajo, contribuyendo innecesariamente a que la crisis empeore, genere más daños, obligue a muchas empresas a seguir adelante con la reformulación de sus negocios, y con enormes reestructuraciones.

El ejemplo del plan de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, para resolver el conflicto docente, predeterminó la metodología del sistema trimestral anticipado o vencido de ajustes por el IPC del INDEC, y un anticipo que en rigor cubre la diferencia adeudada del año anterior, en el caso docente, el acumulado del pasado.

La CGT coordinadamente están pretendiendo seguir el mismo modelo, con cuatro ajustes y un pago inicial compensatorio. Las fórmulas del ajuste son variadas. Unos hablan del porcentaje vencido de la inflación, otros de la inflación proyectada, otros de una combinación, finalmente, hay quienes quieren ajustar en cada trimestre en función de cómo se encuentra el mercado y las expectativas en cada sector.

En un contexto como el precedente, el plan de estabilización debería contar también con un plan relativo a los salarios, las negociaciones colectivas, y la emergencia ocupacional.

La Ley Nacional de Empleo nro. 24.013 concede al Poder Ejecutivo suficientes atribuciones para declarar la emergencia, fijar los salarios por una via que sea uniforme y adecuada con los tiempos, y enfrentar la coyuntura de modo que resulte viable para todas las empresas, empleadores y trabajadores que hoy se encuentran en estado de emergencia, que representan una parte importante de la economía local y del mercado interno.

Mantener el status quo como si la normalidad se haya apoderado de nosotros, y hubiésemos vuelto a la estabilidad la competitividad y el crecimiento es un absurdo desprecio de la realidad que día a día tiene más damnificados, que les costará un gran esfuerzo recuperarse.

Las nuevas tecnologías, la crisis económica, la heterogeneidad de nuestro mercado interno y externo, la libre empresa presa de la estanflación, se han instalado para quedarse por ahora, y por mucho tiempo más. Es hora de salir de la trampa electoral y hacer lo que se debe hacer con las reformas pendientes y con el nuevo salto hacia un nuevo nivel que nos permita sobreponernos y progresar.

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