¿Las empresas venden dólares por estrategia o convencimiento?

En el medio del tironeo por Vicentin, la expectativa por la negociación con los acreedores y la preocupación por los daños económicos del coronavirus, los empresarios también tienen otro foco al cual le están prestando atención: qué hacer con las posiciones en dólares.

La sorpresa es que en el medio de una Argentina emitiendo pesos y con el canje de la deuda sin cerrar, la lógica parece indicar que lo correcto es quedarse anclado en dólares. Pero el ojo de los gerentes financieros muchas veces mira un segundo negocio que hace que el sentido común pueda cambiar de perspectiva.

De esta forma lo que ve el mercado es que compañías de distinto tamaño están saliendo de sus posiciones en dólares para quedarse en pesos y luego volver a comprar dólares ¿Pero cómo se hace el recorrido? Simple. La empresa que tiene dólares financieros, en bonos o acciones, los vende al valor del mercado de contado con liquidación (CCL) e ingresa los pesos a su cuenta. Con esos pesos pide autorización para comprar dólares para importar. Este desarme de posiciones en dólares es lo que pretende el Banco Central (BCRA).

Lo que sospecha el mercado es que al BCRA le están ingresando dólares de las empresas que habían hecho CCL y que ahora se desarman contra títulos. La otra sospecha es que esos dólares los están comprando los fondos del exterior que llegaron con el gobierno de Mauricio Macri y que ahora se están yendo porque están rematando títulos en pesos y saliendo a cualquier valor.

La apuesta ahora de los empresarios es también ver qué pasa con la inflación. La duda está centrada en ver si la tendencia es la que marcan los meses de economía parada producto de la cuarentena o si la vuelta a la normalidad implica un despegue de los precios.

Ayer, el índice de precios al consumidor (IPC) subió 1,5% en mayo, mientras que en alimentos y bebidas marcó por primera vez en el año un número menor al promedio.

Con este número, la inflación minorista en los primeros cinco meses de 2020 fue de 11.1%, y en el último año llegó a 43,4%.

Pero eso es lo que fue. La mira está puesta en lo que viene. En un escenario donde la intervención estatal no es sólo Vicentin, sino una economía contenida en gran medida por el accionar del Estado. Desde el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), hasta el Programa de Asistencia y Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP). Con tarifas congeladas, con barril criollo para el petróleo y manteniendo los planes sociales que ya estaban instalados.

En el medio de todo ese posicionamiento del Estado, lo que se debate es la falta de dólares. La intención del Gobierno es lograr esos billetes vía el desarrollo productivo.

Esta situación desvela al empresariado tanto como qué pasará con Vicentin, o tanto como qué pasará con la negociación con los acreedores.

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