La tragedia oculta de mentir con las cifras del Indec

Las correcciones del Indec están reescribiendo el pasado reciente. Ahora el Gobierno admite que la inflación no era del 10% anual. Y el viernes último reconoció que el crecimiento fue menor al que exhibieron las estadísticas oficiales entre los años 2005 y 2012. La columna que escribe hoy en El Cronista el economista Juan Llach (ver página 3) describe con extrema precisión varios de estos insólitos desajustes perpetrados para hacernos creer que las cosas iban mejor de lo que la realidad indicaba.


Pero vale detenerse en un sólo dato que ilustra como ningún otro al país adolescente. En 2008, el PBI de la Argentina creció el 3,1% en vez del 6,8% que mintió entonces el Indec. Por eso, se pagaron 2.000 millones de dólares en concepto de cupones atados al PBI que nunca debieron pagarse porque eso debía suceder solo si se crecía por encima del 3,2%.


Esos 2.000 millones de dólares hubieran servido en 2008 para financiar -por ejemplo-las obras de soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, que llevan varios años de demora. En febrero de 2012, un tren de esa línea chocó en la estación Once provocando la muerte de 51 personas. Es apenas un modo concreto de entender como la ineficacia, la desidia y la mentira en la función pública pueden facilitarle el
camino a la tragedia.

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