La región pampeana, mejor posicionada en un panorama poco alentador

Por estar dentro del país, las provincias siguen la misma tendencia nacional, y la clave está en sus diferencias. Desde fines del año pasado, Argentina entró en un periodo recesivo, pero en el tercer trimestre de 2016, no sólo se ha detenido la caída, sino que además hay una levísima recuperación (los brotes muy verdes).

A nivel regional, la caída había sido menor en la región pampeana, y mayor en la Patagonia. En cambio, la levísima recuperación ha sido pareja en todas las regiones. La diferencia ha estado en la caída.

Para explicar la menor recesión pampeana, un factor a favor ha sido el mayor beneficio impositivo, generado con la fuerte reducción de las retenciones en productos agrícolas claves (trigo, maíz), y la eliminación de las restricciones para exportar esos productos. Las provincias que han padecido menos la recesión han sido La Pampa, Córdoba y Santa Fe. En cambio, Buenos Aires la ha sentido más, en parte por la problemática de la industria automotriz, que padece la recesión de Brasil, el principal comprador externo.

En cambio, la zona más afectada, la Patagonia, se ha visto influenciada por los bajos precios del petróleo. Además, está la amenaza (para dicha región) de la eliminación de los subsidios al sector. Las jurisdicciones más afectadas han sido Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego. Las dos primeras han sido las que tuvieron mayores incrementos salariales en el sector petrolero en el periodo de bonanza, y ahora le cuesta más adaptarse a los tiempos de precios bajos.

En Cuyo, la recesión ha sido pareja para las tres provincias, mientras que en el Norte ha habido mayor diversidad de comportamientos.

Estos comportamientos observados en la actividad económica de las regiones también se han dado en el empleo privado. Es decir, ante menores ventas, menos trabajadores son contratados por el sector privado.

Un comentario adicional sobre esta correlación. Usualmente, el empleo varía menos que la producción. Debido a que las empresas tratan de retener a sus empleados, que ya los conoce, si cae la producción ésta, el empleo lo hace en menor medida. Las excepciones a esa regla observadas en el tercer trimestre de este año han sido Misiones, Formosa, San Luis, La Rioja y Santiago del Estero. Salvo en la última, en las otras fue muy fuerte su caída en el empleo del sector construcción.

Considerando ese sector, surge otro punto interesante. En las provincias grandes (incluida la Ciudad de Buenos Aires, que es cuasi-provincia), el sector de la construcción tiene menos participación en el total del empleo privado. Y justo fue uno de los sectores más afectados en el presente año. Por eso, esa es otra razón por la cual la región pampeana muestra indicadores no tan negativos como el resto del país.

Políticas contra-cíclicas

Cuando se entra en una recesión, una estrategia para atenuarla es a través de una política expansiva por parte del gobierno (sea reducción de impuestos, sea mayor gasto público).
Sin embargo, en el país ya se había incrementado fuertemente el gasto público, tanto en el país como en provincias. Un indicio de ese hecho es mostrando el resultado financiero de las distintas jurisdicciones regionales. La mayoría tiene resultados negativos, señal de poco margen para aplicar políticas para atenuar la recesión.

Cabe aclarar que la incidencia sobre el nivel de actividad no viene en 2016 sólo por la capacidad de hacer políticas contra-cíclicas. En realidad, la política fiscal ha sido procíclica: se ha gastado fuertemente en los periodos expansivos, y ahora en aquellas provincias con déficit y sin financiamiento ha acentuado la recesión, porque han demorado pagos a proveedores, pagos de sueldos en cuotas, etc.

Justo las patagónicas son las que presentan peores resultados fiscales, por o cual están más complicadas. Un caso par ticular se da en la región cuyana. Se había mostrado que las tres provincias presentaban similar caída de actividad, pero sin embargo sólo dos (San Juan y San Luis) tienen margen para estimular esas economías. No es el caso de Mendoza, luego del descalabro financiero del año pasado.

Panorama

A nivel nacional, se espera un 2017 mejor, pero no será un crecimiento fuerte, debido a un problema de rentabilidad (altos costos argentinos en dólares, que dificulta competir con otros países). El impulso para el próximo año sería más de naturaleza estatal, con mayor gasto público y transferencias de fondos.

A nivel regional, hay dos factores observados en 2016 que se mantendrían en el próximo año: los bajos precios del petróleo (negativo para Patagonia) y beneficios impositivos por menores retenciones (positivo para Región Pampeana). Posiblemente, el impulso estatal termine empujando más a las economías más pequeñas (más dependientes del sector público). Igualmente se aclara que estamos hablando de bajas tasas de crecimiento.

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