La nueva vieja discusión por las importaciones

Ha recobrado vigor en Argentina la discusión sobre importaciones. En 2016 las exportaciones llegaron a u$s 57.737 millones -modesta alza- y las importaciones cayeron (con baja de precios) 6.9% (a 55.610 millones), aunque medidas en volúmenes crecieron levemente (3,8%).

En el mundo las exportaciones son muy relevantes, pero también las importaciones. Los países que más crecen (invierten, crean empleo, exportan) son abiertos (ida y vuelta).

Las importaciones mundiales elevaron en el Siglo XXI sus niveles: componen una media de 31% en las exportaciones, 30% en la inversión, 23% en bienes de consumo y 15% en el gasto público mundiales. Y equivalen al 28% del producto (60% más que en Argentina). No hay producción que no dependa de ellas (el principal componente -casi 40%- son bienes intermedios).

El 50% de las importaciones mundiales está concentrado en un pequeño grupo de países: EE.UU., China, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia y Holanda. Pero hay un segundo grupo de grandes importadores emergentes que explica un cuarto de las importaciones mundiales: Corea del Sur, México, India, Singapur, Taiwán, Emiratos Árabes, Sudáfrica, Turquía, Tailandia, Rusia, Arabia Saudí, Malasia, Indonesia y Vietnam. Son países que crecen y que exportan e importan.

Mientras tanto, Argentina fue en 2015 uno de los tres países con menor ratio importaciones/PBI de 150 medidos por Banco Mundial. En 2016 ya las de bienes equivalieron a 12,5% y las de servicios a 4,5% del PBI.

Cuando la economía crece las importaciones crecen (el mayor ratio importaciones/PBI desde el regreso de la democracia en Argentina se vio en tiempos de alto crecimiento, ente 2008 y 2011). Y pese a lo que se supone, mientras las tasas de desempleo en Argentina (mayor a 8%) y Brasil (12%), ambos mayormente cerrados, han sido de las más altas de la región; hay tasas más bajas en economías abiertas como México (alrededor de 4%), Perú (alrededor del 6%) y Chile (alrededor del 7%). Y las tasas de participación y ocupación laborales en Argentina son menores comparadas con ellos.

Argentina (más cerrada) es el país de la región con más proporción de empleo creado por grandes empresas (48%) mientras aquellos vecinos abiertos del Pacifico muestran un porcentaje mayor de empleo en manos de pymes y microempresas (CEPAL). Y la formación bruta de capital fijo en las economías latinoamericanas del Pacifico supera en entre 5 y 10 puntos la tasa de Argentina.

Por otro lado, de los 20 principales receptores de inversión extranjera directa en el mundo (lista que lideran EE.UU. y China pero en la que están Brasil, México y Chile), 19 son grandes exportadores/importadores o tienen altos porcentajes de exportaciones e importaciones comparadas con su PBI. El promedio de inversión extranjera en el total de inversión en el planeta ronda el 30% (el doble que lo que hemos tenido en Argentina).

Últimamente han reaparecido en el mundo amenazas neoproteccionistas. Pero hubo trabas al comercio internacional en los últimos años y no fueron gran obstáculo para negocios, que dependieron más de sistemas tributarios, transporte, energía, licencias, financiamiento, formalidad, corrupción y acceso a personas capacitadas. Por ello en 20 años el promedio de carga tarifaria en frontera descendió más del 50% en el mundo (es de un cuarto del promedio aplicado en el cerrado Mercosur), aunque la cantidad de medidas no arancelarias (exigencias de calidad) vigentes en el mundo creció 75% desde que empezó el siglo. Esto se enmarca en los 420 acuerdos comerciales internacionales vigentes (OMC).

La producción global se integra en cadenas mundiales de valor cuyo comercio transfronterizo explica un cuarto del producto mundial. El 50% de las exportaciones de los países en desarrollo ingresa en esas cadenas; pero en Argentina ese porcentaje solo llega al 30%, porque todavía no es una economía bien integrada, aunque necesite bienes importados para producir (80% de lo que importa lo destina a procesos productivos).

Por todo ello, dada esta reabierta discusión por las importaciones, además de considerar las necesidades sectoriales es recomendable también exceder la coyuntura.

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