La necesidad de modificar la conformación del Congreso para garantizar la representatividad

La Cámara Nacional Electoral volvió a instar al Congreso de la Nación para que dicte una norma que actualice la composición del cuerpo, conforme el último censo realizado en la Argentina en 2010. Este mismo pedido se había realizado ya en 2018.

Esto va en sintonía con una serie de distorsiones y responsabilidades en la conformación de la Cámara de Diputados, ya que su actual conformación responde a criterios normativos y políticos que no respetan el principio de proporcionalidad entre el número de representantes y el número de habitantes por jurisdicción, conforme lo establece el artículo 45 de la Constitucional Nacional.

Los 257 escaños que conforman la Cámara se distribuyen según las prescripciones de una norma dictada durante un Gobierno de facto y tomando la base poblacional de hace más de 30 años.

La inacción por parte del Congreso de la Nación y la ausencia de debate parlamentario sobre los criterios vigentes en materia de representación y proporcionalidad sólo convalidan las severas distorsiones que hacen que, por ejemplo, la segunda provincia más poblada del país cuente con siete bancas menos que la cuarta jurisdicción en términos de densidad poblacional.

Existe una dimensión política y jurídica que debiera ser inexorablemente abordada por la Cámara. La antesala de la realización de un nuevo censo, entendido como un instrumento de gobierno, una operación de carácter político, cuyo fin es regular la composición de los poderes u órganos representativos de la soberanía nacional, configura una oportunidad para instalar en la agenda parlamentaria el debate institucional sobre el principio de representación y el valor del voto, el cual deberá anclarse en la realización del próximo censo y considerar, de forma progresiva, los impactos en la arena política y en la ciudadanía.

No resulta menor que el Congreso Nacional incumpla un imperativo de carácter constitucional que indica que, “después de la realización de cada censo, el Congreso fijará la representación con arreglo al mismo, pudiendo aumentar, pero no disminuir la base expresada para cada Diputado .

Considerando los datos poblacionales del último censo 2010, la Cámara debería tener 324 bancas y todas las provincias deberían incorporar diputados adicionales conforme su población, con excepción de Catamarca, La Rioja, Santa Cruz, La Pampa y Tierra del Fuego, que seguirían manteniendo sus cinco bancas, las cuales responden al piso mínimo establecido por la norma vigente.

La asignación de un piso mínimo de cinco diputados por jurisdicción también responde a un criterio cerrado por el último presidente de facto de la Argentina.

Ello da lugar a la sobrerrepresentación de las provincias menos pobladas, lo cual desnaturaliza la idea fundadora de la democracia que indica que cada elector tiene un voto y ese voto tiene igual valor para todos los habitantes, cualquiera sea el lugar donde viva. En el marco del debate legislativo, se debe merituar la necesidad de eliminar o modificar el piso mínimo.

Podría incluso eliminarse el piso y reasignarse las bancas restantes siguiendo las proporciones actuales de población de cada jurisdicción, lo cual se garantizaría la representación y la proporcionalidad, con la misma cantidad de diputados.

A este contexto se suma el incumplimiento del Congreso de una manda judicial que llama a actualizar el cálculo de la integración de la Cámara de acuerdo con los datos censales de 2010.  El fallo, aunque no reclama elevar el número de legisladores, sí aboga por que se garanticen la proporcionalidad y la representatividad.

Algunos ejemplos concretos grafican las distorsiones. (Análisis según datos censo 2010).

  • El “piso de 5 diputados por provincia beneficia a las 12 provincias que tienen menos de 724.000 habitantes (es el número de habitantes que debería ser necesario para llegar a los 5 si no hubiera “mínimos ) y la incidencia de estas bancas bonificadas termina perjudicando a las “grandes , que están consecuentemente sub-representadas.
  • Si se agrupan las 9 provincias menos pobladas del país (Neuquén, Formosa, Chubut, San Luis, Catamarca, La Rioja, La Pampa, Santa Cruz, Tierra del Fuego), con menos de 550.000 habitantes, eligen un total de 45 diputados que representan 3.400.000 personas.
  • Provincias como Córdoba con 3.304.025 habitantes, sólo 100.000 habitantes menos que las 9 provincias menos pobladas todas juntas, elige 18 diputados.
  • En Tierra del Fuego se necesitan alrededor de 25.000 votos para elegir un diputado mientras que en PBA se necesitan más de 222.000 votos.
El principio de representación en la agenda parlamentaria. Fortalezas y debilidades

Es evidente que abordar la reestructuración de la Cámara de Diputados resulta complejo, sin perjuicio de ello, debe tenerse presente que se registran antecedentes, no sólo de proyectos normativos, sino de espacios de acuerdo entre diferentes bloques (PRO y Frente Renovador) para trabajar el tema.

La complejidad de abordar la cuestión hoy sigue siendo la misma, y responderia a tres grandes dimensiones, la política, la social y la económica.  Por un lado, se requieren sólidos consensos políticos. Por el otro, aún alcanzando un “nuevo equilibrio de poder , el tema conlleva la necesidad de contar con apoyo -o al menos no la oposición masiva-, de la sociedad respecto de un tema que, a priori pareciera encuadrar fácilmente en el estigma de “engrosar los cargos políticos, aumentar el gasto público .

Lo novedoso de la cuestión es el contexto, signado por las siguientes cuestiones:

  • Se prevé la realización de un nuevo censo, cuyo peso se magnifica si se considera que no se tomaron los datos de los últimos tres censos, en una manifiesta vulneración a la Constitución Nacional.
  • La Cámara Nacional Electoral a través de su fallo indica la responsabilidad indelegable del Congreso de la Nación de garantizar la proporcionalidad y la representatividad.
  • La realidad post pandemia impone la necesidad de identificar y trabajar sobre temas, que pueden contener uno o más conflictos, pero que sean abordados como políticas públicas que no supongan una disputa en lógica “amigo-enemigo . Este debate visibiliza que la política también es consenso, articulación y coordinación.
  • El debate se amalgama y se alinea con una agenda parlamentaria innovadora que abordaría cuestiones estructurales.

La oportunidad es la definición misma del problema. El marco conceptual que debiera guiar el debate legislativo es analizar y definir cómo debería conformarse la Cámara para garantizar una representación proporcional a la población actual y no reducirse a un debate sesgado sobre más o menos bancas. Las propuestas y el debate, tanto en el seno de la Cámara, como de cara la sociedad, nunca puede definirse en una cuestión de cantidad de bancas, porque de hecho no necesariamente es así.

Alternativas en el camino hacia una nueva conformación de la Cámara de Diputados

A modo ilustrativo se exponen a continuación posibles escenarios. Los guarismos se corresponden con los siguientes parámetros: a) datos poblacionales censo 2010; b) cifra repartidora 161.000 habitantes o fracción no menor de 80.500 s/decreto-ley 22.847; c) piso mínimo y diputados añadidos: 5 y 3 respectivamente s/decreto-ley 22.847; d) cifra repartidora s/C.N: 33.000 habitantes o fracción no  menor de 16.500.

  • Escenario 1: Adecuación conforme los datos del censo 2010, aun aplicando los términos del decreto ley 22.847, es decir la cifra redistribuidora, el plus de 3 diputados y el piso mínimo de 5 diputados. La Cámara de Diputados debería tener 324 diputados.
  • Escenario 2: Actualización conforme los datos del censo 2010 aplicando la cifra repartidora del decreto ley (161.000 habitantes) sin establecer el mínimo de 5 diputados por provincia ni agregar el plus de 3.  En este caso, la Cámara se integraría con 251 Diputados. Si se mantuviera el piso histórico de 2 diputados por provincia, que en forma implícita quedó establecido en la Constitución de 1853/60, la composición de la Cámara alcanzaría a 252 diputados.
  • Escenario 3: Eliminar el piso mínimo de 5 diputados y repartir las bancas restantes conforme la población de cada provincia, lo que mantendría una Cámara con 257 bancas. Así, por ejemplo, la Provincia de Buenos Aires contaría con 30 diputados más y Catamarca, con  3 diputados menos.
  • Escenario 4:  Actualización conforme los datos del censo 2010 asignando una banca cada 33.000 o fracción no menor de 16.500 habitantes, conforme lo establece la Constitución Nacional. Así se llegaría a una Cámara de Diputados de 1216 escaños.
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