La marea va a subir en 2019: la pregunta es quién lo va a capitalizar

La economía global es como una marea. El movimiento de las naciones desarrolladas acerca y aleja flujos de fondos y comercio de la orilla de cada país, que las decisiones internas potencian o relativizan. Para quien mira el cielo y desatiende el mundo, la política económica pasa a ser casi meteorología: si el tiempo acompaña es exitosa, pero si caen rayos es un fracaso.

Cuando Duhalde dejó el poder en 2003, los analistas sabían que venía una marea favorable. El ciclo alcista de los commodities le aporto dólares a un país que había sufrido su falta. La devaluación le devolvió competitividad, la ruptura de contratos género tarifas congeladas y el default alivio las necesidades financieras hasta que se reestructuró la deuda. Duhalde y su ministro Jorge Remes Lenicov (también Roberto Lavagna) le alisaron la cancha a su sucesor. El beneficio lo recibió lo Néstor Kirchner.

La corrida cambiaría de este año no se compara con el 2001, pero también forzó decisiones duras. La sequía, la guerra comercial, la salida de fondos de emergentes, sumado a decisiones erróneas de política económica obligaron a tomar remedios que a mediano plazo dejarán contenidos varios problemas sistémicos (déficit fiscal casi en 0, financiamiento resuelto por el FMI, dólar alto para exportar). La pregunta es quien capitalizará este escenario. Mauricio Macri todavía no quiere adelantarse a discutir su reelección. La actividad económica dará señales positivas después del segundo trimestre del 2019. Eliminar las PASO, idea que ya está instalada en la Casa Rosada, aporta más tiempo porque estira las definiciones. El costo para el Presidente sin duda será alto y tal vez fuerce a buscar un plan B. Lo único que puede ayudar a Cambiemos a recuperar el voto de los decepcionados, es que ese costo pueda ser pateado en cómodas cuotas.

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