La logística y su camino en Argentina

En el sector logístico existe un desfase entre el crecimiento del comercio electrónico y una oferta de servicios de calidad que está lejos de acompañar la tendencia de alza.

Con la irrupción del e-commerce, el vínculo entre cualquier marca y su público dejó la verticalidad para adentrarse en la horizontalidad. Los usuarios tienen trato directo con los proveedores de productos y servicios, dialogan de igual a igual y no dudan en exponer a los vendedores cuando los resultados no son los esperados. Las nuevas tecnologías empoderaron al usuario de una manera inédita.

Sin embargo, el crecimiento de las compras online, particularmente en Argentina, no llega a materializarse en el sector logístico. Los prejuicios son difíciles de romper, y los años de crecimiento somnoliento han impuesto la idea de que los servicios de entrega son deficientes; que el precio y la calidad no van de la mano, que no hay tratamiento personalizado y, finalmente, que la compra a efectuarse corre riesgo. Aquellos cibernautas que realizan constantemente transacciones online, que no ven el universo digital como un conglomerado de riesgos, extrañamente se atreven a contratar los servicios de entrega.

Por prejuicio o no, lo cierto es que el común de la población termina creyendo que las empresas de logística y distribución son una isla apartada de las innovaciones seriales que se dan hoy día.

La marea tecnológica establece una impronta, y en ese camino el mercado logístico recién comenzó a ver las bondades que ofrece el comercio electrónico. A medida que las conexiones a Internet sigan creciendo en cantidad y calidad, el e-commerce continuará su afirmación como la nueva modalidad de compra y venta de productos y servicios.

El paso que viene aparejado con la innovación siempre es el desarrollo madurativo del rubro. En este caso, el sector deberá dejar las costumbres tradicionales; el comercio electrónico requiere una red de distribución más capilar, preparada para manejar paquetes unitarios, individuales, de poco peso pero en mucho mayor volumen. Por ejemplo, una empresa debe trasladar muchos pares de zapatillas con orígenes y destinos diversos, en vez de hacer el traslado de un pallet que contiene cientos de pares de zapatillas a un único destino. La red de distribución tiene una transformación muy importante.

La logística de e-commerce implica un gran valor agregado para la sociedad, porque reemplaza nuestra tarea como consumidores cuando vamos a comprar los productos directamente a un local, supermercado y farmacia. Se trata de un nuevo servicio en la economía, y como tal, es un incremento del PBI y tiene enorme potencial de generación de empleo.

Lograr que un producto llegue al consumidor en buenas condiciones, sin impactar negativamente en el tránsito y

dentro de un rango de dos a cuatro horas desde que es pedido, es absolutamente factible, y conlleva un rediseño completo de redes logísticas.

El sector ofrece un sinnúmero de terrenos inexplorados, y adaptarse al crecimiento imparable de la tecnología es una cuenta pendiente.

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