La economía de Malvinas y el impacto del Brexit

La pronunciada expansión económica de las Islas Malvinas con un crecimiento del 48,6% en la última década sufrirá, tras el Brexit, el impacto de la perdida de una situación de privilegio comercial y tendrá que acostumbrarse competir conforme a las normas por las que se rige el comercio mundial.

Los aranceles de la Organización Mundial de Comercio (OMC) oscilarán en el caso de la pesca entre un 6% y 18% y las carnes de aproximadamente el 42%. Esos números difícilmente le permitirán mantener por mucho tiempo la autonomía económica y financiera lograda desde el 2007. Es probable que estas nuevas circunstancias repercutan en la calidad de vida del archipiélago y en la confianza respecto a los compromisos con la metrópoli. Posiblemente, en previsión de un clima más áspero con la colonia, Londres ha adelantado, que los productos de Malvinas ingresarán a los puertos británicos sin aranceles y cuotas.

Ese dato, sin embargo, no sería suficiente para tranquilizar expectativas y proyecciones económicas o mantener el producto bruto interno en los niveles exponenciales conocidos ya que solo un 6% de la pesca y dos tercios de la producción cárnica de las islas se consume en el Reino Unido. La Unión Europea es el cliente estratégico principal que le ha permitido lograr un auge económico extraordinario. En el 2018, el 94% de las exportaciones y un tercio de la producción de carnes estuvieron destinada a la Unión Europea. Con un Brexit, con o sin acuerdo, Malvinas no contará con las mismas ventajas arancelarias preferenciales que le ha otorgado la membrecía británica a la UE.

En este contexto, el ilegítimo gobierno de las Islas está intentando compensar o disminuir los futuros efectos comerciales negativos. De acuerdo a notas publicadas en Mercopress, España ocuparía un lugar destacado en la estrategia orientada a recuperar el mercado europeo y eventualmente negociar un acuerdo de libre comercio entre las Islas Malvinas y la UE. Esa confianza se basa en que el 20% de la pesca que ingresa por el puerto de Vigo es de Malvinas. El 35% del calamar que se consume en la península ibérica es con licencias isleñas. La mayor parte del procesamiento, valor agregado, distribución y comercialización de los recursos pesqueros de Malvinas la realizan empresas españolas. Buques pesqueros isleños se construyen en astilleros gallegos.

Los buques españoles que operan con licencias adjudicadas ilegalmente por Malvinas son aproximadamente 18. En general las capturas españolas del caladero argentino se descargan en Montevideo y de allí se transportan en contenedores al puerto de Vigo para la distribución en el mercado comunitario. Parte de esas capturas se reexportan desde Uruguay a Asia siendo Vietnam y China los destinos principales.

Es de imaginar que la estrategia del archipiélago es continuar profundizando lazos comerciales con socios tradicionales y desarrollar nuevas perspectivas y vínculos económicos, en particular en América Latina. Sin embargo, la carta central para el nuevo ciclo tras el Brexit es achicar los tiempos para que la exploración de petróleo off shore produzca resultados. Aunque no hay certezas de la calidad de las existencias, es probable que dicha cuestión deje de ser una promesa y pase a ser una realidad. Por lo pronto ya se lanzó una licitación para la construcción de viviendas para atender la eventual demanda petrolera a partir del 2022.

 

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