La alianza de Moyano y Cristina complica a Macri y frena la renovación del peronismo

Es un camionero que sabe andar en zig zag. Hugo Moyano alcanzó notoriedad liderando el sindicalismo opositor a Carlos Menem. También supo hostigar a la Alianza hasta volverse manso con Eduardo Duhalde. Fue el gran aliado de Néstor Kirchner desde el 2003 para distanciarse poco antes de su muerte. Volvió a la oposición peleado con Cristina mientras tejía acuerdos de mutua conveniencia con Mauricio Macri en la Ciudad. Y hoy hará la primera marcha con movilización contra el Presidente.

La parábola permanente de la Argentina lo encuentra a Moyano uniendo fuerzas con el kirchnerismo. Sólo el pudor de los muchachos evitará que en el mismo palco estén el jefe de la CGT, Luis Barrionuevo y Antonio Caló junto a Julio De Vido, Amado Boudou y La Cámpora. Ninguno de ellos puede justificar su declaración jurada pero todos confluirán en un acto clásico, armado como aperitivo del fin de semana, con la ayuda de micros, piquetes y aparatos políticos para lograr la paralización de la ciudad y entusiasmarse con eso que la burocracia del poder llama el manejo de la calle.

La alianza de ocasión entre Moyano y Cristina buscar golpear los flancos de un Macri complicado por el escenario económico y social. El cóctel que conforman la inflación elevada, la baja actividad productiva y la nula creación de empleo le otorgan al sindicalismo y a buena parte del peronismo los argumentos perfectos para justificar la liturgia de la protesta. A esa recuperación de la energía opositora se puede sumar la victoria parcial que el peronismo consiguió el miércoles en el Senado, al darle media sanción al cepo laboral de la ley de doble indemnización.

Una circunstancia que podría consumarse la semana próxima en Diputados y que ahora lamentan muchos empresarios que contribuyen a la suba de los precios recargando exageradamente sus costos. El país adolescente jamás descansa.

Claro que, además de Macri, habrá otros dirigentes que pagarán el costo de la jarana de hoy. Para Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y otros peronistas que buscan la renovación del movimiento derrotado en las urnas la imágen de los gordos de la CGT junto al kirchnerismo es una trompada en el maxilar. La sumatoria de cortes de calle, militancia sindical y dirigentes desgastados en el papel protagónico los aleja de los sectores moderados que les dieron la espalda en las últimas elecciones. Esos que intentan recuperar apuntando a espantar los fantasmas de la década de la intolerancia.

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