La Casa Rosada respondió con dureza para cambiar el foco del reclamo gremial

Los gremios que ayer impulsaron la movilización a la Plaza de Mayo tenían un objetivo primario: recuperar protagonismo a la hora de hacer reclamos públicos, ya que hasta ahora la voz que más se escuchaba en la calle era la de las organizaciones sociales. Muchos dirigentes consideraron que era momento de que los sindicatos dijeran presente, inclusive para que no se diluya su peso como interlocutores en la interna de un peronismo que quedó sacudido por el resultado de las PASO.

La movida incluyó consignas básicas como el cuestionamiento a la pobreza y la exigencia de un aumento de emergencia para los jubilados, pero también otros puntos que hacen a sus propios intereses, como el fin de las intervenciones a sindicatos, la defensa de los convenios colectivos y la oposición a cualquier intento de reforma laboral.

La movilización no tuvo la contundencia que esperaban sus organizadores, factor que pasó a ser un elemento de debilidad para la CGT. Y es probable que ese dato haya influido en Mauricio Macri para abrir desde anoche una instancia distinta, más dura, en su relación con los gremios. El Presidente decidió desplazar a dos funcionarios al viceministro Ezequiel Sabor (un hombre que construyó un sólido vínculo con Luis Barrionuevo) y al superintendente de Servicios de Salud, Luis Scervino, ligado al dirigente José Luis Lingeri. Sus reemplazantes responden al ministro Jorge Triaca.

El titular de Trabajo había enhebrado ayer un acercamiento a los gremios de las 62 Organizaciones (durante un almuerzo que sirvió para presentar al sucesor de Gerónimo Venegas en Uatre, el funcionario vio los incidentes que protagonizaron los camioneros en Plaza de Mayo) y estaba previsto liberar fondos para las obras sociales. Pero Macri vio a algunos de los hombres con los que habla el Gobierno en el palco junto a Juan Carlos Schmid y creyó que era mejor presionar en lugar de poner la otra mejilla. La Casa Rosada sabe que habrá una contraofensiva, pero espera que la grieta gremial y los brotes verdes le permitan negociar algo con la CGT antes de hacer alguna ofrenda de paz. Eligió mover primero y elegir la cancha.

 

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