Inflación y medidas: nada de qué sorprenderse

Teniendo en cuenta los datos de inflación publicados ayer por el INDEC (suba mensual de 4.7% en marzo y un aumento acumulado de 54.7% en los últimos 12 meses), los dichos del presidente Macri sobre la dinámica inflacionaria y las medidas económicas y sociales anunciadas en las últimas horas, surgen las siguientes reflexiones:

1) De cumplirse las proyecciones más recientes del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza mensualmente el Banco Central (3.5% en abril, 2.8% en mayo, 2.4% en junio, 2.1% en julio), la inflación no tendría un pico en marzo tal como lo ha dicho el presidente. Como puede verse en el gráfico, abril mostraría una lectura más alta que la de marzo (con un registro inflacionario de casi 56% anual), mientras que el pico interanual llegaría en mayo, con un guarismo cercano al 57% en la comparación a doce meses.

Muy probablemente la inflación continuará por encima del 50% anual por varios meses más (hasta agosto, con seguridad). A partir de septiembre la comparación interanual registraría una desaceleración, pero no necesariamente porque los registros mensuales bajen de forma considerable (incluso en el escenario oficial se mantendrían por encima del 2% mensual), sino por efecto “base de comparación . Cabe recordar que septiembre-18 marcó un pico en materia inflacionaria, con una marca de 6.5% respecto del mes previo. Entonces, si los registros mensuales de inflación del último cuatrimestre de 2019 resultan menores a los de los últimos cuatro meses de 2018 (el mencionado 6.5% en septiembre, 5.4% en octubre, 3.2% en noviembre y 2.6% en diciembre), entonces las lecturas interanuales del período septiembre-19/diciembre-19 podrían mostrar la desaceleración que se dibuja en el gráfico.

El Gobierno y el BCRA apuestan a que esto suceda básicamente de la mano de la estabilidad del tipo de cambio. La principal medida anunciada ayer fue precisamente la no actualización de la banda cambiaria, que permanecerá fija en los niveles actuales (el límite inferior en 39.755 y el superior en 51.448), sumado a que el BCRA no intevendrá para comprar dólares hasta el último día de junio de 2019, incluso si la cotización perforara la banda inferior. Esto marca un cambio importante en la política de intervención cambiara del Banco Central, reduce la expectativa de emisión de LELIQs y señala que la autoridad monetaria está dispuesta a “tolerar una apreciación cambiaria mayor como instrumento anti-inflacionario. Claro está que

para que se dé este escenario, el mercado cambiario deberá estar ofrecido como consecuencia de los dólares que venderá el tesoro (los USD60 millones diarios) y los que ingresen de los exportadores primarios. En tal sentido, pensamos que la política de tasas de interés del Central no debería modificarse si lo que pretende es conseguir este objetivo.

2) Más por presión mediática y de la oposición que por convencimiento propio, el Gobierno anunció una serie de medidas tendientes a controlar la inflación, por un lado, y favorecer el consumo, por el otro. Dos objetivos que no son fácilmente reconciliables por cierto. En primer lugar, la gestión Macri habría tenido que abstenerse de anunciar medidas que no han funcionado nunca ni funcionan en niguna parte del mundo. Los países que no tienen inflación, no la tienen no porque usan la “policía para arreglar la macro, sino porque tienen la macro correcta. No tienen inflación aún cuando no tienen controles de precios o no firman acuerdos sociales o de precios. Y eso sucede, incluso cuando están presentes las mismas cadenas y las mismas empresas productoras de alimentos y bebidas que están en nuestro país. La inflación argentina no es el resultado de prácticas irresponsables y depredadoras de empresarios que en otros países, extrañamente, se comportan de manera responsable e inclusiva. El lenguaje económico de estos días se ha llenado de recomendaciones que hasta han pasado por “mejorar la cartelería (y pensar que creía que con la ley de góndolas más bajo no se podía caer) para combatir este flagelo. Un dígito de inflación en sólo 13 de los últimos 70 años; dos hiperinflaciones; 12 años consecutivos de inflación de dos dígitos (y creciente), y parece que no hemos aprendido nada.

3) El Gobierno tendría que haberse abstenido también de anunciar medidas que ponen en duda su compromiso anti-inflacionario y comprometen el cumplimiento de sus metas fiscales y de financiamiento de este año y el próximo. No porque el FMI no le perdone “poner algo de dinero en la calle , sino porque las políticas anunciadas difícilmente resulten expansivas si terminan aumentando el riesgo país, la tasa de inflación, la devaluación esperada y las tasas de interés en pesos. Y ello podría suceder porque comprometer la situación fiscal de hoy y del año próximo es comprometer el programa financiero de este año y en 2020, los cuales ya están bastante ajustados cualquiera sea el presidente que resulte electo. Recordemos que el año que viene el Gobierno prevé utilizar USD5,900 millones de desembolsos previstos del FMI y prevé colocar USD16,300 millones en el mercado local (de los cuales USD11,100 millones son renovaciones).

La suspensión de nuevos aumentos de tarifas de servicios públicos en la órbita del Gobierno Nacional para lo que resta del 2019 hace suponer que las empresas proveedoras de dichos servicios serán compensadas con fondos que saldrían del Presupuesto. En la conferencia de prensa de los ministros Dujovne, Sica y Stanley se precisó que el costo fiscal del paquete de medidas anunciadas rondaría en AR$ 9,000 millones y se reafirmó el compromiso de llegar al equilibrio primario este año. El ministro de Hacienda aseguró que dicho costo fiscal será compensado con otros ahorros y con mejoras en la recaudación, lo cual sin dudas agrega mayor presión sobre las arcas estatales.

De todas maneras, si las cifras involucradas en materia de no reducción de subsidios y de aumento del gasto son las mencionadas, entonces no parece ni que las metas se comprometan excesivamente ni que se trate de una suma de dinero significativa como para que el consumo privado reaccione (sobre todo si es compensado con otras partidas).

4) Por último, el paquete de medidas anticrisis no incluye ninguna propuesta novedosa. En los últimos días, se especulaba con que el presidente Macri y su equipo se guardaba un “as bajo la manga . Sin embargo, en líneas generales, los anuncios fueron exactamente en la dirección opuesta y, lejos de sorprender, resultaron viejas ideas ya conocidas.

Tal vez esta haya sido la mejor noticia de todas: el Gobierno se abstuvo de desperdiciar buenas ideas (si es que podemos asociar novedoso con bueno, aunque tal vez la asociación sea libre y equivocada), anunciándolas de manera aislada, sin que formen parte de una hoja de ruta, de un programa integral que le de forma a todo el esfuerzo estabilizador. Como mencionamos en el punto anterior, todavía el oficialismo debe reconstruir la credibilidad perdida. Y sin un programa consistente incluso buenas ideas, mezcladas con otras viejas y probadamente malas y con otras de dudosa efectividad, hubiesen resultado también inefectivas.

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