Hay dos millones de trabajadores más vulnerables ante el coronavirus: cómo protegerlos

Uno de los efectos sociales de la pandemia de coronavirus es el inmenso océano informativo del que se dispone por todos los medios, todos los días y a toda hora.

No podemos escuchar ni leer todo, como tampoco todo merece ser leído o escuchado.

Así las cosas, ocurre que información realmente importante pasa desapercibida en este océano.

El Departamento de Bioestadística de Harvard TH Chan School of Public Health, Boston, EE.UU. presentó un trabajo estadístico en el que concluye que un pequeño aumento en la exposición a largo plazo a material particulado (PM) 2.5 conduce a un gran aumento en la tasa de mortalidad de Covid-19, con una magnitud de aumento 20 veces mayor.

El material particulado es la mezcla de partículas líquidas y sólidas, de sustancias orgánicas e inorgánicas, que se encuentran en suspensión en el aire. El material particulado forma parte de la contaminación del aire.

Guangbo qu, profesor asociado del Centro de Investigación de Ciencias Ecoambientales, Academia de Ciencias de China, promueve, en una presentación efectuada en la revista Environmental Science & Technology 2020, que la inhalación de partículas finas cargadas de virus podría transportar el virus a regiones alveolares y traqueobronquiales más profundas, lo que podría aumentar la posibilidad de transmisión infecciosa y la gravedad de las manifestaciones. En el mismo sentido concluye Edoardo Conticini, del Departamento de Medicina, Cirugía y Neurociencias de la Universidad de Siena.

Trabajadores más expuestos

Todas las referencias a la calidad de aire ambiental que se mencionan en los trabajos mencionados son perfectamente válidas y traspolables al ambiente de trabajo; de hecho, la contaminación ambiental está directamente relacionada con la gestión de la actividad productiva y sus sistemas de prevención en emisiones a la atmósfera, entre otras cosas.

Dentro de la incertidumbre existente en torno a una epidemia aun en desarrollo, no se puede descartar esta información dado el alto impacto que potencialmente produciría sobre el mundo del trabajo.

Utilizando la óptica de la epidemiología ocupacional corresponde considerar como muy vulnerables por el Covid-19 a todos aquellos trabajadores que se encuentran expuestos a algún agente que implique riesgo respiratorio, por ejemplo material particulado, sustancias  irritantes de las vías respiratorias, sustancias sensibilizantes de las vías respiratorias, humos y polvos en general.

El colectivo potencialmente afectado por el riesgo respiratorio es amplísimo y comprende a trabajadores de diferentes actividades productivas como agricultura; explotación de minas y canteras; industria manufacturera, en especial metalmecánica, metalúrgica y algunas rama de la industria alimentaria; aserraderos y trabajos con exposición a polvo de madera; construcción, etc. y cuyo total ronda los dos millones de trabajadores.

Cómo proteger a ese universo

El desafío entonces es encontrar la mejor manera de proteger a este gran universo de trabajadores.

Siendo cautamente optimista, creo que la situación es controlable en tanto y en cuanto se desarrollen acciones concretas, algunas de las cuales se vienen efectuando desde la SRT como las recomendaciones y medidas de control en los ambientes laborales.

Es imprescindible la evaluación y control de uso de los elementos de protección personal, especialmente los equipos de protección respiratoria, así como reducción al mínimo de la fuente de emisión asegurando no se sobrepasen los límites de exposición prescritos y de modo que los riesgos queden limitados a pequeñas áreas en las que puedan aplicarse de manera efectiva las medidas técnicas de control.

Adoptar prácticas y horarios de trabajo flexibles de modo que se controle eficazmente la exposición de los trabajadores a los factores de riesgo, y el mantener la distancia de 2 metros entre personas.

Pero el factor más importante para superar la crisis es la conciencia. Conciencia de los trabajadores en el uso correcto de los elementos de protección personal, sobre todo los de protección respiratoria. Conciencia de los empresarios en proveer estos elementos de protección personal adecuados a cada riesgo y el control de la fuente de emisión. Conciencia de los sindicatos para exigir estos elementos. Conciencia del Estado para controlar.

Con respecto a la pandemia, lo dijo el papa Francisco: "Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados" y "nadie se salva solo".

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