Esperanzados con una realidad diferente

Estamos esperanzados con este triunfo que pone de manifiesto una realidad política diferente. El triunfo de una coalición formada por una fuerza política nueva como el PRO y el aporte entre otros de un partido centenario: la UCR.

Coalición que significa el cambio, con lo que en política esto implica, no la refundación -como siempre lo planteó el populismo- sino un cambio social, cultural, en el cual lo que se construye, se hace sobre lo que está: lo nuevo se apoya en lo viejo para superarlo, así es la historia cambios y continuidades teniendo como horizonte la utopía de una sociedad mejor.

Coalición en la que el radicalismo aportará su defensa de los principios democráticos de libertad e igualdad. Y la bandera de la reparación, en este caso la reconstrucción de un entretejido social donde el todo es más que las partes. Nuestra sociedad está enfrentada, dividida, hemos perdido de vista la construcción colectiva, la aceptación de las diferencias, el que está a mi lado no es un enemigo por pensar diferente. Ahora bien, nuestra sociedad enfrenta un problema estructural como las desigualdades e inequidades no solo en el acceso a bienes materiales, sino también a derechos esenciales, como la salud, la educación, el trabajo, y al acceso de bienes culturales. He aquí donde la bandera de la reparación se une al principio esencial la igualdad.

Hoy venimos a festejar no solo la democracia, consolidada después de más de 30 años, sino la República. Mucho se ha hablado que nos importan las formas. Estas en una república son la esencia: la división de poderes, el control y la publicidad -no la propaganda- de los actos de gobierno, el respeto a las instituciones. En esto el radicalismo ha dado el ejemplo, nosotros plantemos una alternativa diferente en la convención, pero la posición que triunfó fue apoyada por todos.

Hoy convocamos a todos los que nos votaron y los que no lo hicieron. El país tiene problemas estructurales serios. Económicos, que a simple vista aparecen como los más importantes, a tal punto que la campaña ha estado más centrada en el dólar que en la educación, la salud, la inflación, la energía. Sin embargo la problemática más compleja está en un cambio cultural, en la recuperación de los valores de una sociedad más justa, más integrada.

Como dijo en reiteradas oportunidades el presidente electo, el cambio será gradual, intentando cada día, estar un poco mejor. Debemos desnaturalizar conductas que se aceptan como si nada sucediera. La corrupción, la mala administración de los dineros públicos se traduce en más inequidad. La intolerancia genera enojos que poco ayudan a pensar juntos y por lo tanto prima la sinrazón. La justicia atada al poder político se vuelve injusticia. El encerrarnos tras las rejas dejándole la calle a los delincuentes, genera inseguridad y bronca.
Celebremos este día, sabiendo que será difícil, que llevará tiempo, pero empecemos de una vez a pensar juntos en u país mejor con la mirada puesta en el mediano y largo plazo pensando que lo que hoy hacemos probablemente lo disfruten nuestros hijos y nietos pero tendremos la satisfacción de decir lo hicimos porque se puede.

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