Elecciones en Córdoba y mi rotundo voto en blanco: Borges, el pato Donald y la feria suicidada

¿Suicidio o frustración? Noto mucho argentino frustrado con intención de castigar a un gobierno sin comprender que en este 2019 irónicamente y aunque duela, lo menos relevante es la economía. Estas elecciones son las más importantes que jamás hayamos enfrentado pero a la vez, las más sencillas.

La decencia debe oponerse a la dictadura K porque sin decencia no hay libertad posible y sin ella simplemente, no tiene sentido vivir. En esta elección se dirime un aspecto abismalmente esencial y ético: el Presidente Mauricio Macri garantiza institucionalidad y libertad, mientras que el kirchnerismo nos lleva a una esclavizante dictadura de izquierda.

La diferencia entre ambas alternativas no podría ser más abrumadora y obvia. Basta solo con resaltar a un ejército K que defiende la dictadura militar de Maduro ignorando el testimonio de miles de venezolanos exiliados en Argentina como para imaginar lo que esta gente podría hacer en su retorno con las libertades cívicas del resto de los argentinos.

Votar en blanco, desentenderse y jugar la cómoda carta del enojado rabioso puede ser el error más trágico que hayamos cometido desde el retorno a la democracia y si les cabe alguna duda noten lo que le está costando a Venezuela escapar de la esclavitud. A los millones de argentinos decentes pero distraídos que todavía habitan este suelo me permito decirles que abran bien los ojos y no confundan frustración económica con suicidio democrático, la diferencia entre M y K es infinita.

La Argentina de hoy exhibe una multiplicidad de problemas incubados desde 1945 y exacerbados especialmente en la era K, pero sin libertad no habrá solución posible, sin libertad la pobreza no hará otra cosa que crecer en manos de la tiranía. Todo dictador necesita de una horda infinita de pobres para lucrar con su desesperación y perpetuarse en el poder a cambio de unas pocas migajas. Por si todavía no lo hicieron, abandonen esa ingenua furia por unos minutos y observen el tormento de Venezuela. La realidad habla por sí sola y si vuelve el ejército K nos espera exactamente el mismo destino, Argentina dejará de ser libre. Despierten, porque si no lo hacen ésta será nuestra última elección.

Dólar tranquilo, periodismo esclavo y el Borda. De la mano de otro capítulo más en la interminable saga China vs USA, los mercados emergentes han tenido una muy complicada semana. Tanto monedas como acciones emergentes han sido severamente castigadas. Sin embargo, lo interesante de esto es que anteriormente en eventos similares, Argentina hubiera sido descarnada violentamente. Su intrínseca vulnerabilidad agravada por riesgo político K, sumada a un contexto global liquidando emergentes hubiera resultado en un cocktail explosivo con final conocido: Argentina bajando mucho mas que el resto tanto en monedas como en acciones y casi todo el periodismo relatando una nueva devaluación del peso como si fuera la final de la Champions y enloqueciendo a toda una sociedad que ya está al borde de un ataque de nervios.

Perdón Borges: el pato Donald, el ratón Mickey y la feria suicidada. En este contexto de locura por TV, con algunas notables pero escasas excepciones sobrevivimos a un periodismo que no está para informar sino para entretener compitiendo con los cartoons de la tarde, la novela y el bailando de la noche. Todo debe ser una bomba, todo debe ser tragedia, todo aquello que implique racionalidad y calma mesurada simplemente no se comunica porque no da raiting ni billetera, porque no le gana ni al ratón Mickey ni al pato Donald.

La mayoría del periodismo argentino en vez de hablar de Borges, dedica días enteros en analizar patéticamente sobre “literatura K y con esto no hace falta decir más nada. Lamentablemente, muy pocos asignan tiempo en comentarles sanamente a los argentinos que si un gobierno decente sigue al mando de caras al 2023, es posible alcanzar un equilibrio razonablemente mediocre pero estable que no implique crisis. Y en esta competencia de quién tira la bomba más estruendosa, para decepción de la mayoría del intelectualmente pequeñísimo periodismo local y de los psicólogos, esta vez la negatividad de emergentes no contagió al dólar severamente, en esta ocasión el beta de Argentina o sea, su sensibilidad frente al promedio global se moderó y no fue explosivo.

Tengo la sensación de que razones múltiples explican este bienvenido patrón de alivio, el tiempo dirá si es efímero o no para un país que está para el golpe de knock-out en cualquier momento pero que ahora y a diferencia del pasado cuenta con dos balas de plata que solo el Presidente Macri puede activar: la amistad de Trump y la condescendencia del Fondo Monetario Internacional. Ningún presidente contó con semejante contacto antes, es más, si Macri pierde las elecciones la amistad con “peluca desaparece y si ese es el caso encontraremos a un FMI mucho más intransigente y un dólar mucho más incontrolable.

Depende de nosotros tirarnos o no un tiro en el pie en octubre. Nos guste o no, Mauricio tiene amigos exclusivos e indispensables y dado lo quebrado que estamos, rechazar dicho apoyo sería una catastrófica estupidez. Esta contención tan necesaria del beta principalmente se correlaciona a la noción de que ambos, FMI y Trump, están disponibles por si hace falta.

Primero, se controla la vulnerabilidad cambiaria de corto plazo. El Credit Default Swap de Argentina a 5 años opera actualmente en la zona de los 1150 puntos comparado con 800 hacia inicios de abril. La relación dólar peso, el principal talón de Aquiles del modelo actual mostraba una significativa debilidad a la luz de un BCRA que no tenía suficiente artillería para intervenir eventualmente y contener a la lechuga. A partir del renovado acuerdo entre el FMI y el BCRA, la entidad monetaria dispone actualmente de un sustancial misil que si llegase a ser necesario se activaría y eventualmente podría contener corridas de corto plazo sobre el peso.

Obviamente que esta medida no resuelve el largo plazo aspecto que será considerado después de las elecciones, pero sí controla el corto plazo, lo cual en la Argentina esquizofrénica de hoy no es un detalle para menospreciar. Conclusión: el hecho de que el mercado perciba a un BCRA esta vez con suficiente artillería, frena todo intento de shortear al peso ante un Banco Central que en cualquier momento puede salir a la chanca y “castigar a todo aquél que apostó en favor del dólar. De esta forma, la incertidumbre cambiaria se modera, el mercado internacional lo percibe y Argentina comienza a operar mucho mas tranquila y hasta a veces incluso, mejor que el promedio de emergentes. El termómetro cambiario es indispensable para alinear el resto de las expectativas: inflación, riesgo país e imagen política y esto Cambiemos ahora en 2019 a un año de la crisis cambiaria, lo entiende muy bien.

Segundo, ¿habrá el mercado descontado una victoria K demasiado antes de tiempo?Después de la fatídica y famosa encuesta que daba por ganador al kirchnerismo por 9 puntos, los mercados de acciones, monedas y bonos argentinos colapsaron prematuramente, descontando lo que hoy es sólo una hipótesis que además se viene desvaneciendo a ritmo acelerado. Las últimas encuestas indicarían que la ventaja del kirchnerismo comienza a desvanecerse rápidamente.

En este contexto, las acciones perdieron 20% de valor, los bonos cortos 15% y el peso se devaluó más del 10% o sea, el mercado se pegó de entrada un viaje a un agujero negro K y ahora comenzó a cuestionarse si hacía falta semejante tontera. Sin embargo, en los últimos días y quiero remarcar, a pesar de un contexto emergente mucho más negativo y pesado, tanto los bonos cortos como las acciones han recuperado aproximadamente un 80% de toda la pérdida de valor que se originó como consecuencia de la fatídica encuesta.

Esta realidad probablemente le juegue a favor a los activos argentinos de caras al futuro bajo el supuesto de que los mercados emergentes no se descontrolen. ¿Será posible que los mercados hayan hecho piso con Argentina en abril habiendo descontado antes de tiempo un potencial riesgo de retorno K? ¿Será posible que de aquí en adelante dado el castigo prematuro y original, los activos argentinos comiencen un largo sendero de deskirchnerizacion?

Tercero, ¿podrán los datos de inflación mostrar algo menos malo hacia junio? Incluso antes de la “sarasa de los 9 puntos de ventaja K , el último dato de inflación sobre el 4% cayó muy mal, obligando a un mercado internacional a descontar que el programa de estabilización del FMI requeriría al menos mas tiempo para funcionar y de esta forma, forzaría al BCRA a mantener tasas nominales muy elevadas impidiendo una rápida recuperación de la economía real lo cual a su vez, tiene una implicancia directa en las chances presidenciales del oficialismo. O sea, el mal dato de inflación que incluso precedió a la fatídica encuesta fue la gota de nafta que inició esta formidable tendencia bajista en activos argentinos.

Cuarto y muy importante: a fines de mayo las acciones Argentinas entran en los índices de emergentes. Los fondos pasivos o sea, aquéllos cuyo objetivo es replicar un índice, deberán comprar acciones argentinas “casi obligadamente a partir del 29 mayo, primer día en donde Argentina se computa en el índice de emergentes. Esta realidad generaría un flujo “casi obligado de compras que está dando un formidable soporte a ADRs argentinos en especial, en días tan rojos a nivel internacional como los que observamos la semana pasada. Esta realidad es totalmente independiente de fundamentos macroeconómicos por el contrario, se refiere a un aspecto puntual de flujos entrando a comprar ADRs argentinos en un mercado muy chico.

Atragantados con un cisne negro K: ¿bueno o malo? De esta forma, después de un cierre de abril brutal para activos argentinos, parecería que el mercado ha alcanzado cierto nivel de estabilidad y en especial, a la luz de emergentes bajo muy severa presión en la última semana. Si bien en Peronia es imposible descartar futuros eventos de volatilidad, parecería que los mercados finalmente pudieron tragar y digerir la noción de que la candidata K se postule de caras a las presidenciales. Los mercados detestan la incertidumbre y a pesar de lo doloroso que fue parecería que dicha incertidumbre centralizada en el 22 de junio desapareció a la luz de una candidatura que parecería ir directo a pelear las presidenciales. Bajo esta coyuntura podría darse que los mercados han llegado a alguna clase de estado estacionario después de la sobrerreacción original.

¿Cómo sigue esta novela? Con un poco de suerte parecería que los números de inflación podrían comenzar a mejorar lentamente, la economía real podría empezar a exhibir algún síntoma de recuperación y en este contexto, el cortoplacismo y miopía de los argentinos podría comenzar a mejorar las chances políticas del Presidente Macri. No caben dudas que la volatilidad seguirá hasta noviembre, pero mi escenario base sigue siendo el mismo del 2018: Cambiemos gana las presidenciales y en ese contexto, los activos argentinos están regalados e infectados actualmente por infinita contaminación K, la cual si se da el escenario base, desaparecerá casi instantáneamente en algún momento de la ventana de tiempo entre hoy y noviembre. La única razón por la cual Argentina puede terminar en una crisis armagedónica es con el populismo extremo K ganando las elecciones y no creo que eso ocurra. Obviamente, el riesgo existe, somos Peronia precisamente por no poder anticipar lo nefasto de ciertos escenarios políticos. A los millones de argentinos decentes: si creen en algo, recen y que Dios bendiga a esta tribu perdida en Sudamérica al borde de la locura. 

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