El impacto de Francia en el Mercosur

Las proyecciones para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia, permiten augurar el triunfo de Emmanuel Macron. Un panorama que representa un alivio para el fortalecimiento y afirmación de la Unión Europea y un motivo de estímulo para la conclusión de las muy postergadas negociaciones con el Mercosur. Las banderas europeístas que ha proclamado el candidato presidencial permiten estimar, de lograr la victoria electoral en la segunda vuelta, una revitalización del eje franco alemán y probablemente el lanzamiento de una nueva estrategia de la UE tras el Brexit.

El Mercosur puede ser de los primeros beneficiados de ese mapa renovado y, en ese marco, lograr mayor vitalidad en las negociaciones del acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. Ya Emmanuel Macron como Ministro de Economía del Presidente Hollande expresó, en oportunidad del primer intercambio de propuestas entre la UE y el Mercosur, el deseo de que las negociaciones culminen en un acuerdo ambicioso. También en esa ocasión se señaló que el acuerdo puede ser un puente con la Alianza del Pacífico. Ambas expresiones ponen de manifiesto un interés de particular significación para que las negociaciones lleguen a buen puerto.

En este contexto, la eventual victoria de Emmanuel Macron tendrá efectos muy positivos para que el pre acuerdo de libre comercio se pueda concluir en el 2017. Los próximos meses serán decisivos para encontrar criterios que permitan superar las reticencias de Francia e Irlanda en materia agrícola y ganadera. Es probable que impacte en sus resultados las nuevas realidades y necesidades europeas. El acuerdo entre los dos bloques ha adquirido hoy en Bruselas mayor importancia como plataforma para consolidar una alianza comercial y financiera estratégica de importancia geoeconómica. Para el Mercosur la UE representa un 20% de sus exportaciones e importaciones al mundo. Para la UE significa el 60% del stock de inversiones radicada en la región.

La posible futura administración Macron representaría también un fortalecimiento de la relación bilateral. Es probable que el impulso que recibió el vínculo entre los dos países tras la visita del presidente François Hollande a Buenos Aires continúe con el mismo énfasis y se mantengan, entre otros, el compromiso de facilitar con créditos la instalación de nuevas empresas francesas en la Argentina. Asimismo, seria previsible que diversos proyectos binacionales adquieran renovada atención como puede ser en el área de los usos pacíficos de la energía nuclear la cooperación entre INVAP y AREVA en terceros países.

Si bien habrá que esperar los resultados finales de los comicios antes de descorchar, está claro que existe la posibilidad de que la Unión Europea supere los nubarrones del escepticismo y recupere la vitalidad de la integración regional original. Es de esperar que ambos bloques, Mercosur y Unión Europea, sean también capaces de mirar el futuro birregional con visiones geoeconómicas y estratégicas de largo plazo.

 

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