El éxito del blanqueo se festeja doble en un mundo con suba de tasas

Luego de haber elevado el costo del dinero en la reunión de Diciembre, la Fed se prepara para arrancar el 2017 con una postura más agresiva respecto de su política monetaria y con intenciones de subir nuevamente la tasa hasta tres veces, tal como sostuvo la institución que dirige Janet Yellen semanas atrás. El mercado le asigna una mayor probabilidad a la nueva suba de tasas a partir del segundo semestre, a un rango de 0,75-1% luego de la reunión del 14 de Junio de 2017; de concretarse dicha  decisión, se plantearían serios interrogantes no solo para el mundo financiero desarrollado sino también para los países emergentes en general y para la Argentina en particular. 

A diferencia de otras ocasiones, esta vez Wall Street no generó fuertes ajustes luego de la confirmación de la suba de tasas de la Fed, lo que confirma que el mercado estaba esperando esa decisión. Las dudas pasan ahora por cuándo será la próxima suba de tasas y con qué velocidad se llevaran a cabo los demás hikes de tasas. Este tema es lo que más preocupa a los ministros de economía de los países emergentes y los presidentes de sus bancos centrales. Si la Fed finalmente decidiese elevar la tasa con una velocidad importante, los emergentes quedarán en offside respecto de su deuda y de la capacidad no solo de tomar nueva deuda sino de refinanciar el crédito ya tomado. A su vez, la suba de tasas continuará generando una potencial apreciación en el dólar a nivel mundial, inyectando presión alcista a la inflación a nivel local y obligando a los bancos centrales a políticas monetarias contractivas, acompañando a la Fed para evitar que los capitales se alejen en manada, mientras se combaten los riesgos inflacionarios por la potencial devaluación de las monedas locales.

A nivel local, la salida del Default, el fin del cepo cambiario y el regreso a Wall Street, entre otras medidas, llevaron a una mayor apertura de la economía argentina y por eso la suba de tasas de la Fed impactará hoy mucho más de lo que podía impactar en el pasado. En concreto, la economía local se encuentra más abierta y las decisiones del BCRA estarán de alguna medida condicionadas por las políticas monetarias llevadas a cabo por distintos bancos centrales del mundo.

Las dudas se plantean también por la necesidad de financiamiento en el 2017, principalmente para cubrir el déficit fiscal que tendrá la gestión de Macri en el próximo año, que se estima será del orden de los u$s 35.000 millones. Por eso es que el éxito del blanqueo debería ser festejado por partida doble, ya que le permite al Gobierno recaudar un buen caudal prácticamente sin costo en un mundo en el que el precio del dinero tiende a subir y además en un contexto económico que muestra un déficit fiscal elevado del 4,8% del PBI. En definitiva, si se toma en cuenta que la necesidad de financiamiento para 2017 puede rondar entre u$s 30.000 millones y u$s 40.000 millones, según las previsiones de los analistas, el éxito del blanqueo le permite al Estado financiar entre el 12% y 15% de la necesidad de financiamiento de 2017 vía captación de capital por el sinceramiento.

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