El espejo de Brasil devuelve una economía que revive a paso lento, con tasas bajas y menor inflación

Si bien la política brasileña encuentra algunos rasgos de similitud con la argentina y la económica tiende a converger, la situación por la que atraviesan los principales socios del Mercosur exhibe hoy realidades diferentes.

En Brasil, la corrupción develada por el denominado caso Lava Jato marcó a toda la clase política y mantiene abierto un signo de interrogación sobre el color que mostrará la administración nacional a fines de año.

En la Argentina, en tanto, la corrupción también lastimó la relación entre la sociedad y la clase dirigente, al punto que cuatro de cada cinco personas desconfía hoy de los políticos y sólo María Eugenia Vidal mantiene un mínimo diferencial de imagen positiva, según las últimas encuestas.

Ambos países pusieron en marcha un plan de integración internacional, baja del déficit fiscal y reformas estructurales aún incompleto, que apunta a mejorar su competitividad y modificar su realidad económica, aunque la base sobre la que transitarán este año es disímil.

Con un tamaño tres veces superior al argentino, la economía brasileña dejó atrás una de las recesiones más largas de las últimas décadas con un crecimiento del 1% del Producto Bruto Interno en 2017, que proyecta una mejora de la demanda y la producción industrial.

Allí, el plan de metas de inflación cuenta ya con doce años y la suba de precios dejó de ser un tema preocupante hace tiempo. De hecho, el 2,95% que registró el año pasado le permitió cerrar por primera debajo del objetivo establecido por el Banco Central, lo que permitió aplicar una fuerte baja en la tasa de referencia, hasta alcanzar un mínimo histórico de 7%, lo que en un país altamente apalancado en materia financiera, empuja una mejora del consumo y alienta la actividad.

En la Argentina, la administración de Cambiemos espera haber alcanzado una mejora de casi 3% del PBI este año que buscará replicar en 2018, con la esperanza de que la recuperación del país vecino derive en un de las exportaciones argentinas que equilibre la deficiente balanza comercial, estimule la actividad fabril e incremente los ingresos.

Aquí, el programa de metas apenas está en sus albores y hoy se conocerá que la inflación 2017 superó en varios puntos la buscada por el BCRA. Pero el camino, en este sentido, no difiere del seguido por Brasil, aunque parte del Gobierno aguarda que se acelere la baja de tasas para estimular una economía cuya relación crédito/PBI es aún cuatro veces menor a la brasileña.

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