El camino para minimizar la pérdida y el desperdicio de alimentos

Hoy en día, los alimentos están en el centro de muchos de los desafíos ambientales, sociales y económicos que enfrenta el mundo. La creciente población mundial demanda una mayor producción y disponibilidad de alimentos nutritivos, lo que deberá lograrse sin aumentar el uso de recursos ambientales críticos.

Minimizar la pérdida y el desperdicio puede ser una de las maneras más efectivas de crear un sistema de alimentos más sostenible que brinde seguridad alimentaria con eficiencia en el uso de recursos. Según datos de la FAO, 1/3 de los alimentos producidos para el consumo humano se pierden o desperdician en todo el mundo, lo que equivale a cerca de 1300 millones de toneladas al año, suficientes para alimentar a casi 2 billones de personas. Las cifras en la Argentina ascienden a un desperdicio anual de 16 millones de toneladas de alimentos, cuyo mayor porcentaje está dado por las pérdidas ocasionadas en las etapas de producción, procesamiento y logística hasta llegar al punto de venta.

La Argentina tiene un rol fundamental y una oportunidad para ser parte de la solución a un sistema de alimentación que hoy se encuentra en jaque, no sólo produciendo más y mejor; sino también liderando el camino para reducir la pérdida y desperdicio de alimentos.

En los últimos años se han dado importantes esfuerzos tanto desde el sector público como privado para construir sistemas alimentarios más sostenibles. La Argentina lidera este proceso en la región y desde 2015, por ejemplo, cuenta con un Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos que gestiona la actual Secretaría de Gobierno de Agroindustria de la Nación; y ha conformado una Red Nacional con más de 70 miembros del sector público, empresas del sector agroalimentario y ONGs, entre otros. Paralelamente, en el marco de la Presidencia Argentina del G20, tanto en las declaraciones finales del B20 como de los Ministros de Agricultura del G20, se han incorporado recomendaciones específicas de políticas públicas así como compromisos del sector empresario para abordar la temática de la pérdida y el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena de valor.

Estas iniciativas conjuntas también se trasladan a concientizar a los consumidores. Desde Unilever y con la colaboración de Carrefour, la Secretaría de Agroindustria de la Nación y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hemos impulsado la campaña #NoTiresComida, para llegar de forma directa a los consumidores y dar visibilidad a la problemática del desperdicio de alimentos durante su consumo y post consumo. Fue en este marco donde presentamos el proyecto de Ley S-4458/16 para declarar el 29 de septiembre como Día Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos; una iniciativa para concientizar y difundir sobre la necesidad e importancia de la reducción de esta práctica en el país.

El proyecto ya cuenta con media sanción del Senado y espera la media sanción restante de Diputados para convertirse en Ley. De lograrlo, la Argentina se convertiría en el primer país del mundo en contar con un día destinado a concientizar sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos, dado que, a la fecha, no existe una experiencia similar en otros países. Este tipo de iniciativas son fundamentales para reducir la pérdida y desperdicio generando a la vez un impacto positivo en las comunidades, como la Ley 25.989 de Régimen Especial para la Donación de Alimentos (Donal), recientemente modificada por la Cámara Alta que finalmente restituyó el artículo 9 que resguarda la responsabilidad de los donantes y alienta a que se donen cada vez más alimentos.

En Unilever creemos que la industria de la alimentación desempeña un papel clave en el desafío de mejorar el sistema alimentario mundial y que la cooperación público-privada es fundamental para conseguir resultados. Debemos implementar políticas públicas en consenso que atiendan las causas y los efectos de la pérdida y el desperdicio de alimentos. Este proyecto debe convertirse en Ley. No desaprovechemos la oportunidad de posicionar a nuestro país como referente y consolidemos el liderazgo de la Argentina para contribuir a la seguridad alimentaria y la nutrición sustentable.

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