El agro y Vaca Muerta traen los dólares que tranquilizan a Macri

El barco de la economía no termina de tener un rumbo definido, pero a pocos días de que empiece el segundo semestre, lo que se notan son indicadores que están ratificando el cambio de tendencia. La producción industrial de mayo creció casi 2% frente a abril, y el EMAE de ese mes registró una mejora de 0,8% frente a marzo. Lo que empieza a notarse es un nivel de agua que garantice un mínimo de flotación. Todavía falta para evaluar si el ritmo actual de repunte se mantendrá o si tendrá margen de acelerarse.

Hay un dato que el Gobierno esperaba antes, pero llegó: las exportaciones están empezando a mostrar un ritmo de crecimiento más intenso, de la mano de dos factores estructurales: un tipo de cambio más competitivo, y los excedentes que ya genera Vaca Muerta. El resultado podría ser más alentador si Brasil tuviese una economía más dinámica. Pero por ahora el empujón inicial que registró Jair Bolsonaro se diluyó, y la demanda de bienes industriales desde el país vecino (particularmente vehículos y autopartes) quedó estancada.

La comparación contra 2018 trae un salto artificial, de alguna manera, porque contrasta una buena cosecha de soja y maíz, contra una sequía. Por esa razón los datos de mayo mostraron un incremento de las cantidades exportadas de 34%, que ayudaron a compensar una caída de los precios de 13%. En productos primarios la suba fue de 61% anual, y en energía y combustibles, de 28,9%. Las manufacturas de origen industrial cayeron 0,7%.

El superávit comercial obtenido por noveno mes consecutivo todavía no es un factor de entusiasmo, básicamente porque está provocado por la baja de las importaciones que trae aparejada la recesión. Pero en los hechos, el saldo de u$s 4500 millones es uno de los elementos que está ayudando a tranquilizar el mercado de cambios. Y desde ese punto de vista sí es positivo.

Los datos del Banco Central revelan que el atesoramiento de dólares sigue alto y que la salida de inversiones externas creció en mayo. Pero si todo eso no tuvo impacto en el precio fue porque los exportadores de granos incrementaron su liquidación y ayudaron a instalar la "calma cambiaria".

No se ven por ahora muchos movimientos que generen algún cambio en el mediano plazo. La incertidumbre electoral es una barrera natural para las inversiones, aunque hay empresas que prefieren hacer apuestas tempranas porque desde que el Gobierno acordó con el FMI y fijó nuevas reglas monetarias, el dólar se movió muy por debajo de la inflación: apenas 10% contra 26%. El tipo de cambio debería subir, pero el agro y Vaca Muerta lo pueden contener más allá de julio. Es para no pasar por alto.

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