El acuciante desafío de las exportaciones

En declaraciones a fines del año anterior, el actual presidente del Banco Central sostuvo que Argentina llegó a exportar más de u$s 80.000 millones, cuando la soja estaba a más de u$s 400 y Brasil crecía a tasas aceptables. Ambas circunstancias hoy no están disponibles. Como conclusión expresó que necesitamos incrementar nuestras exportaciones. ¡Muy cierto!

El sesgo fiscalista de las medidas tomadas hasta ahora por el gobierno, quitará en el corto plazo incentivos para invertir y exportar. Ello sólo se explica por la necesidad de hacer las correcciones necesarias en orden a estabilizar la macroeconomía y a las negociaciones de la deuda pública.

En el mediano y largo plazo deberán generarse las condiciones de competitividad sistémica para que los sectores productivos asuman el rol que tienen en cualquier economía capitalista, y que es de crear riqueza mediante la inversión, innovación y competencia.

Y ello se logra mediante las "reformas estructurales" y que no son otra cosa que sacarle al sector productivo los lastres que arrastra nuestra economía: la inestabilidad macroeconómica, la altísima carga tributaria, y regulatoria, y la deficiente infraestructura, para mencionar algunas; todo ello en detrimento de nuestras posibilidades de exportar.

Cuando se analizan los países en base a sus exportaciones, nuestro país exporta respecto del PBI una porción significativamente menor que el resto de los países, un magro 14%, frente una tasa mundial del 30%. Nuestro desempeño exportador es decepcionante: en los últimos diez años las exportaciones cayeron el 17% mientras que el mundo las incrementó un 13%.

Cualitativamente, Argentina presenta un nivel medio-bajo de complejidad productiva y ello se refleja en su canasta de exportaciones; lo que debe ser corregido para lograr tasas de crecimiento razonables y sostenidas, dado que se verifica una alta correlación entre la complejidad productiva de los países y su ingreso per cápita.

Una de las formas de determinar la complejidad productiva de un país es mediante el Índice de Complejidad Productiva (ECI en inglés), que es confeccionado por la Universidad de Harvard. Se basa en conceptos y una metodología desarrollados por los economistas Ricardo Hausmann y Cesar Hidalgo. De acuerdo con el ECI, la complejidad productiva de un país puede calcularse en base a lo que exporta.

El ECI enfoca en dos dimensiones: la "diversidad" de productos en la canasta de exportación de cada país, y la "ubicuidad" de los productos en la canasta de exportación. La diversidad es la cantidad de productos que un país puede exportar de manera competitiva; la ubicuidad es el número de países que pueden exportar un producto de manera competitiva. Cuanto más diversas sean las exportaciones de un país y menos los países que compiten con ellas más alta será su complejidad productiva.

Las capacidades productivas determinan el número y la calidad de los productos que un país puede exportar. Ellas se manifiestan en base a todos los insumos, infraestructura, marco jurídico e institucional, tecnologías disponibles, conocimiento colectivo que, en combinación, determinan lo que puede producir una economía.

Los países menos complejos, son aquellos que tienen canastas de exportación que no están diversificadas y los productos que exportan se producen en muchos otros países.

Según esta lógica, Japón o Alemania ocupan un lugar alto en complejidad económica, porque exportan muchos tipos diferentes de productos sofisticados, que solo son producidas por un número reducido de otros países.

Los diez primeros países que encabezan el ECI son: Japón, Suiza, Alemania, Singapur, Suecia, Corea del Sur, Estados Unidos, Finlandia, República Checa y Austria. En promedio estos países tienen un ingreso per cápita de U$S 48.000. Cuanto más alto se encuentre un país en cuanto a su complejidad productiva más ingreso per cápita generará.

Para dar una idea de ello tomamos el ingreso promedio de los diez países siguientes en el ECI: Gran Bretaña, Eslovenia, Irlanda, Francia, Hungría, Eslovaquia, Israel, Holanda, Dinamarca e Italia. Presentan un ingreso per cápita promedio de u$s 41.000.

Argentina, en el lugar 50, presenta una complejidad medio-baja y se encuentra en el grupo de países ubicados en el lugar de 45 a 54 compuesto además por: India, Bulgaria, Sudáfrica, Portugal, Costa Rica, Uruguay, Turquía, Colombia y Grecia. Todos ellos presentan un ingreso promedio de u$s 12.000. El grueso de nuestras exportaciones se sostiene en: harina de soja, automotores y piezas, aceite de soja, maíz, poroto de soja, trigo y oro. La mayoría de ellos caracterizados por ser de baja complejidad productiva.

Sin embargo, otros países de baja complejidad productiva como Australia, Canadá, Noruega o Chile presentan un ingreso per cápita promedio de u$s 53.000 y se caracterizan por grandes dotaciones de recursos naturales que producen y exportan (fundamentalmente mineros y petrolíferos), lo hacen a grandes mercados como Estados Unidos o China, y se caracterizan por tener una macroeconomía ordenada y estable, lo que les permite, a su vez, aprovechar las potencialidades de su mercado interno. No es el caso de nuestro país.

Argentina no ha podido completar la explotación de la totalidad de sus recursos debido a las dificultades que encuentra para hacer mucho más productivos los recursos mineros, gasíferos y petrolíferos y pese a la alta productividad de la explotación y las exportaciones de su dotación de recursos derivados del campo.

Cuando analizamos qué producen los países de alta complejidad vemos que sus exportaciones son de productos tales como como maquinarias industriales de alta precisión, productos petroquímicos complejos, circuitos integrados, medicamentos y vacunas, barcos, aviones y turbinas.

Todos presentan altos niveles de conocimiento de acuerdo con el ranking de Capital Humano del World Economic Forum y se encuentran altamente integrados en las cadenas globales de valor. A ello debemos apuntar.

¿Cómo hace nuestro país para incrementar sus exportaciones, como aspira el Presidente del Banco Central?

Obviamente incrementando lo que ya tiene en su sector agroexportador y ascendiendo en la cadena de complejidad industrial. Expandiendo la cadena de valor del sector agroindustrial, aprovechando las potencialidades de la biotecnología, desarrollando la explotación de sus recursos mineros y energéticos y desarrollando sus cadenas de valor, aprovechando las oportunidades que nos presenta la concreción del Acuerdo firmado el año pasado con la Comunidad Europea, rediseñando nuestra relación económica con nuestro gran mercado externo, Brasil, incentivando la producción de los sectores de vehículos y autopartes que puedan ganar competitividad a nivel mundial, y los sectores del conocimiento.

Para ello hay que lograr estabilidad macroeconómica y realizar las reformas estructurales necesarias, incentivar el ahorro y la inversión, seguir mejorando la infraestructura y, sobre todo, apuntar como política de estado independientemente el gobierno de turno incrementar nuestro "conocimiento productivo" mediante políticas de educación, incentivo al trabajo e inclusión. Todas estas características que distinguen a los países de alta complejidad productiva y de altos niveles de ingresos.

Temas relacionados
Más noticias de exportaciones
Noticias de tu interés