El CES en cuatro ruedas

Si en las anteriores CES la feria anual más importante de tecnología reinaron las pantallas 4K, las tablets y las notebooks, la última edición de la semana pasada en Las Vegas fue la de los autos del futuro. Con mercados saturados como el de celulares, PC y tablets, la industria tecnológica de consumo masivo ven en los autos un nuevo y potente negocio.

A su vez, las automotrices, cercadas por los gobiernos y organizaciones ecologistas que desalientan el uso del auto para no seguir aumentando la congestión del tránsito y la contaminación, ven en la tecnología una posible salvación. Es un win-win.

En este contexto, suena lógico entonces que la feria CES se haya ido convirtiendo en una especie de Salón del Automóvil, incluso acaparando más atención mediática que la tradicional feria de Detroit de esta semana. Por eso este año, las automotrices importantes tuvieron un protagonismo inusual en la edición número 50 de la clásica feria de Las Vegas.

Tanto en la industria automotriz como en la tecnológica ya nadie discute que en los próximos años los coches serán inteligentes, autónomos y eléctricos (sin emisiones). También compartidos con otras personas, según nuestras necesidades.

Nuestros nietos se nos reirán y no nos creerán cuando les contemos que en 2017 manejábamos durante horas para llegar a un destino. "Nuestra idea de movilidad cambiará de manera más dramática en los próximos 5 a 10 años que en el último medio siglo", dijo el sueco Ola Källenius, miembro de la junta de Daimler AG (Mercedes Benz).

Sorprendió Faraday, una empresa de Los Ángeles de apenas dos años y medio. Presentó el FF 91, un auto eléctrico y autónomo que le ganó a una Ferrari, un Bentley y a dos Tesla al alcanzar los 100 kilómetros por hora de velocidad en solo 2,39 segundos. La batería se carga en solo una hora desde cualquier enchufe hogareño común y tiene una autonomía de 800 kilómetros. Estará listo en dos años y el precio de reserva es alto: 5 mil dólares.

A propósito de Tesla, esta semana inauguró el mercado de pases. Tras 11 años en Apple, el ingeniero Chris Lattner pasó a la empresa de Elon Musk "para acelerar el futuro de la conducción autónoma". No se sabe todavía qué pasará con el proyecto (bautizado Titán) de auto autónomo iniciado por Apple hace dos años.

El grupo BMW e Intel se unieron con Mobileye para, a mediados de este año, poner en la calles de Estados Unidos y Europa unos 40 coches autónomos de la marca alemana. También mostraron el sistema de sonido Sound Curtain que le permite a los pasajeros que van adelante poder escuchar cada uno distinta música en simultáneo con parlantes detrás de la cabeza de cada asiento.

Una cosa es fabricar autos y otra es involucrarse en la experiencia total de la movilidad. Por eso es clave saber qué empresas serán solo las constructoras de las partes de los autos (el hardware) y cuáles desarrollarán el cerebro (el software), que a hoy resulta más atractivo porque serán los sistemas operativos los que recojan los datos. Bridget Karlin, la directora de la división de Internet de las Cosas, dijo el año pasado que hoy un auto es "un datacenter sobre ruedas".

Para 2020 calculan que cada auto autónomo genere 4 TB de datos por día.

Intel quiere pisar fuerte en el rubro y para eso comprará parte de HERE, los mapas digitales de alta definición de Nokia (que en 2015 ya los había vendido por u$s 2800 millones a automotrices alemanas).

Carlos Ghosn, Director General de Renault-Nissan mostró en el CES el programa Intelligent Mobility, creado especialmente para orientar la evolución de los productos en base a un software de inteligencia artificial (AI) que desarrollarán en conjunto con la NASA y Microsoft. La japonesa probará sus autos autónomos en Tokio.

Toyota mostró el Concept-i junto con el asistente Yui, una computadora inteligente capaz de adelantarse a las necesidades del conductor e interactuar con él desde la consola central.

La otra empresa japonesa, Honda, también hizo foco en AI con el Ecosistema de Movilidad Cooperativa, un concepto que une la inteligencia artificial, la robótica y el big data. Mostró el NeuV (New Electric Urban Vehicle), una idea de auto compartido que transporta a otras personas cuando el dueño no lo usa (el 95% del tiempo).

Mientras tanto, la vieja Ford (pionera en el CES) hizo acuerdo con Amazon Echo. También cree que el auto personal se alquilará por horas o días cuando el dueño no lo usa. Otras marcas se unieron a Google.

La industria espera a Donald Trump, que prometió endurecer las fronteras y aumentar aranceles a los fabricantes de coches con plantas en el exterior.

El presidente electo de Estados Unidos le apuntó muy duro a varias automotrices para que muden sus fábricas de México (el séptimo productor mundial de autos) a los EE.UU. Nissan es el principal productor de autos en tierra azteca, Ford tiene cuatro fábricas y GM emplea allí a 15 mil trabajadores. También Fiat Chrysler, con siete plantas y 11 mil empleados.

En Las Vegas, las automotrices miraron el futuro con un ojo puesto en la tecnología y con el otro ahí nomás, en México, muy cerca de la famosa frontera.
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