El BCRA volcó a la calle 1,6 billones de pesos y la economía no explotó

A pesar del contexto adverso, de una crisis que se arrastra y que se profundizó por la pandemia del coronavirus y donde los malos datos sobran, el Gobierno es optimista en materia económica para 2021. 

En primer lugar, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, afirmó ayer que el Gobierno busca continuar "el camino de desinflación" que, según el funcionario, se logró este año a partir de las políticas de precios y volvió a insistir en una salida "gradual y ordenada" para el descongelamiento y actualización de los programas vigentes. "Tenemos que recordar que la inflación de este año se redujo en 20 puntos con respecto a 2019, afirmó Kulfas en declaraciones radiales.

El lunes, varias consultoras estimaron que la inflación de noviembre estará entre 2,5% y 4%. Y que en alimentos es donde más se puede sentir. 

La realidad es que para ninguna economía es bueno tener una tasa de inflación de 35% a pesar de que ese número indique una caída importante contra el año pasado. Es decir, el problema está, se lo ataca pero sigue estando. 

El segundo punto sí es positivo y el Gobierno no suele destacarlo. En lo que va del año, y mucho tiene que ver con los paliativos económicos que el Ejecutivo decidió poner en práctica por la cuarentena, el Banco Central volcó a la economía 1,6 billones de pesos. Así y todo, esto no se reflejó en la inflación.

Algunos analistas consideran que tal situación todavía es un riesgo y que el Gobierno va a caminar por una cuerda muy fina en 2021 para lograr el objetivo de contener la inflación dentro de los indicadores razonables. 

El otro ministro optimista es Claudio Moroni. El titular de la cartera de Trabajo aseguró que el año que viene "los salarios van a crecer y las jubilaciones le van a ganar a la inflación".

Moroni dijo en una entrevista radial: "Estamos muy contentos con la evolución del salario real en un año espantoso, que no podía ser peor. En 2020, el salario va a estar paralelo a la inflación".

Según Moroni, la tasa de desempleo creció al 13%, pero la cantidad de desocupados es la misma que en 2019. "Mientras que en 2002 se suspendieron las paritarias, nosotros decidimos mantener esa herramienta de negociación permitiendo que los salarios acompañen el crecimiento de los precios de la economía".

En definitiva, el Gobierno está convencido de que lo peor ya pasó; que 2021 será un año de crecimiento, de mejora en la inflación y de un crecimiento en los salarios y en las jubilaciones que empujarán el consumo. Está claro también que los problemas, más allá de la complejidad que necesiten para estar resueltos, aún hay que resolverlos. 

El país necesita volver a crecer, entre otras cosas, para que los números de empleo mejoren, pero también para que baje la pobreza que hoy alcanza al 44,2% de los argentinos, es decir, a 18 millones de personas.

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