EE.UU. ante el coronavirus: ¿Ya es hora de reabrir la economía?

El mundo se cierra cada vez más y más rápido. Pero el presidente norteamericano, Donald Trump parece ir por un carril paralelo: reactivar la economía porque el país no está diseñado para cerrar.

Un mundo donde las fronteras abiertas y predispuestas a comerciar con vecinos solían ser moneda común, hoy parece cerrarse cada vez más y más rápido.

El avance del Covid-19 es innegable, a tal punto que desde hace ya casi dos semanas se lo considera una pandemia con el aval de la OMS.

Sus niveles de propagación y gravedad son tan alarmantes a nivel global y local, que requieren de un accionar inmediato por parte de los líderes del mundo.

El hecho de que se lo considere una pandemia hace que muchas personas crean que ya no existe solución o algún tipo de control sobre este virus, y eso es un error. Así como lo indicó el máximo responsable de la OMS, T. Ghebreyesus, algunos países que ya sufrían la transmisión comunitaria lograron cambiar el rumbo de su situación gracias a tomar cartas en el asunto.

La implementación de medidas, tanto sanitarias como económicas, se dio a lo largo y ancho de todo el mundo para poder reducir lo más posible el impacto que el coronavirus genera.

Algunos ejemplos de esto son el cierre de fronteras, el toque de queda y ciertos periodos de cuarentena obligatoria. A esta última medida se sumó Argentina por decreto del presidente Alberto Fernández dado que es sabido que el distanciamiento social podría llegar a aplanar la curva de infectados.

Cualquiera se esperaría que estas medidas fueran impulsadas principalmente por los gigantes del comercio.

Sin embargo, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trumppareciera ir por un carril paralelo.

Actualmente se aguarda una resolución por parte del Congreso donde se está discutiendo un estímulo a la economía que podría llegar a ser de 1 trillon de dólares.

En este último aspecto se alinearían con los paquetes económicos adoptados mundialmente.

Por otro lado, mientras el mundo se cierra, Trump busca reabrir la economía estadounidense y asegura que con el distanciamiento social basta.

En su opinión, los norteamericanos deberían volver a sus puestos de trabajo ya que, cuanto más se alargue el plazo sin trabajar, más difícil será reactivar la economía luego.

Sus planes, según lo comentado en una entrevista para Fox esta semana, son de tener la economía en funcionamiento para el 12 de abril pese al coronavirus. El fundamento es que el país no está diseñado para cerrar y teme que aumenten los suicidios por el deterioro económico.

No es un dato pequeño que en la economía de E.E.U.U. ya se pueda sentir la contracción por el virus, que inició su propagación en China.

La dramática caída en el precio del petróleo debido a los viajes reducidos y las posturas internacionales, especialmente la de Arabia Saudita, no es una buena combinación.

Los primeros indicios de esta reducción en la actividad ya empiezan a salir a flote: la semana pasada se registró un pico en los pedidos de seguro por desempleo.

Aparentemente, la perdida de trabajos tiene una velocidad que no tuvo ni en las peores semanas de la recesión de 2008. De todas formas, se tomaran o no las medidas de distanciamiento social, la demanda mundial cayó notablemente y eso complicó las cadenas de producción, que acabaron por disminuir la actividad.  

Si se le suma también el desembolso que se realiza a fines de frenar el contagio y la propagación del virus, esta podría llegar a ser una depresión dura para la economía tanto estadounidense como mundial.

La diferencia en la incidencia entre los distintos países tiene que ver con el nivel de afectados y por supuesto las políticas locales que también establecerán cuándo volverá a reactivarse cada economía y a que ritmo.

Si, la economía del mundo se frena y eso no puede ser bueno para nadie, pero ¿es acaso hacer ojos ciegos al covid-19 y retomar la actividad como si no existiera la mejor opción? No.

Una vez más nos encontramos frente a un cisne negro. Un suceso sorpresivo que nos da la pauta de que no hay que subestimar la existencia de esta clase de eventos. Las políticas adoptadas por el mundo incitan al freno en las economías: el aislamiento, el cierre de bares, locales, eventos, eso esta claro, pero sin los recaudos necesarios es imposible combatir a un enemigo invisible.

El mundo esta cambiando y los modelos a seguir también.

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