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Dos empresarios que le ganaron a la política y que buscan abrir caminos con su propio estilo

En la Argentina, a Mauricio Macri hay unos cuantos números que todavía no le sonríen. Con la excepción de los indicadores ligados al agro y a la obra pública, como la actividad de la construcción, hay muchos datos que marcan que la recuperación de la actividad económica está en camino, pero todavía a paso lento.

El Estado, como era de esperar, asumió con decisión un rol mucho más activo como incentivador, y ese sesgo se vio en los números fiscales que presentó ayer el ministro de Hacienda. La meta de déficit se sobrecumplió porque existió el blanqueo de capitales, ya que de lo contrario los ingresos hubieran crecido solo a un ritmo de 30% anual (en lugar de 48%), en paralelo con el gasto, que va a 29%. El resultado financiero, que incluye el pago de los intereses de la deuda, no fue informado a la hora del anuncio: acumula $ 70.000 millones en el trimestre, casi 10% más que el año pasado.

Hay datos favorables sobre la mesa, pero pese al enorme esfuerzo oficial, todavía se ven poco. Por eso no le vendrá nada mal al Presidente que su encuentro con Donald Trump en la Casa Blanca haya resultado más provechoso de lo esperado. El rumbo errático del anfitrión no animaba a los diplomáticos, pero la dinámica terminó jugando a favor de la Argentina. En la charla mano a mano fluyeron los recuerdos de negocios compartidos, y también el curso que el destino les dio a su vida. Ambos se percibieron como dos empresarios que vencieron las reglas de la política y accedieron al poder para gobernar a su estilo, y en función de ese plafond, sellaron entendimientos que luego modelaron sus funcionarios.

El comunicado conjunto hablaba de buscar soluciones expeditivas para los diferendos de carácter comercial. La comitiva argentina, no obstante, se vino con el compromiso de que se reabrirá la exportación de limones y que estudiarán en breve la situación del biodiésel.

Macri también quedó consolidado como referente regional, ya que Trump aprovechó para despotricar contra Venezuela y remarcar el creciente liderazgo global de su visitante.

Los encuentros de Macri con los empresarios locales también abrieron buenas expectativas. Menos ansiosos que sus pares locales, en el mundo corporativo todavía no dejan de asombrarse que un país busque y consiga normalizar su economía en poco más de un año. La vocación inversora está en alza. Pero la mirada por lo que pase en octubre también.

 

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