PUNTO de vista

Dos años del Gobierno: reformismo, verdad, equidad y contradicciones

Los hechos son sagrados, ¡pero el comentario es libre!

El reformismo es una tendencia o doctrina que propone cambios y mejoras graduales en "todos" los ámbitos de la sociedad, en especial en el político-social.

Para lograr el poder, los integrantes de la administración nacional actual no se privaron de promesas, ni siquiera de aquellas de imposible cumplimiento, como "Pobreza 0"

Algunas "falsías". Pobreza 0; todo lo prometido para el primer y segundo semestre de 2016; tarifas y tarifazos pretendiendo (infructuosamente) eludir la ley; la prepotencia de designar por decreto miembros del más alto Tribunal de la Nación; ministros, secretarios y funcionarios sin experiencia para las responsabilidades de su cargo (esto ya se cobró 46 muertes: Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y 44 ex submarinistas) y/o demasiados errores, propios de supinas ignorancias como fuera el capricho, la demora y la pérdida de todo un año de gobierno para la realización de obvias audiencias públicas, tan legales como constitucionales.

- Inversiones:

Integrantes del Poder Ejecutivo Nacional no dan buenas señales y espantan inversores cuando en lugar de invertir en su país, tienen sus propios millones en paraísos fiscales extranjeros, eludiendo tributos argentinos y abortando innumerabilisímos puestos de trabajo para sus coterráneos.

- Trabajo, jubilaciones y otras inequidades:

Según el presidente Macri en el reciente coloquio de IDEA, en Mar del Plata, "el trabajo dignifica". Entonces cómo entender que nuestros jubilados y pensionados ordinarios que trabajaron y aportaron "en serio", son ahora mismo los primeros que deben sacrificarse conforme una inconsulta, inequitativa y cruel reforma previsional, que ya cuenta con media sanción del Senado y la complicidad de los gobernadores; una traición al indefenso sector pasivo que no puede movilizarse ni hacer paros. Entonces, ¿trabajar para eso?

Así las cosas y en tanto se persiste en "sofocar" a nuestros viejos, las mineras, la timba y el juego, "las bicicletas financieras", las excepciones y los privilegios; rugen voraces, campantes y rampantes.

Concomitante y paradójicamente, los que criticaron con dureza y acertadamente que la mujer de Julio De Vido integrara la Sindicatura General, son ahora los que designaron a la oficialista Laura Alonso en la Oficina Anticorrupción.

Por ello, son cuanto menos contradictorias las palabras y las frases del presidente Mauricio Macri pronunciadas recientemente; verbalizaciones que vienen siendo contradichas por una realidad que revela demasiados incumplimientos gubernamentales

Lograr creíbles políticas públicas, sociales y económicamente equitativas y veraces para una sociedad más justa, en la cual finalmente prevalezca una economía del bien común, es aún un objetivo insoslayable a conseguir.

Encarnar un umbral de bienestar satisfactorio, capaz de orientar, guiar y sostener buenas políticas y mejores prácticas intergeneracionales, continuará absurdamente pendiente en tanto subsistan y se incrementen injustas expoliaciones a nuestros pobres jubilados y pensionados. A propósito, quién sino ciertos infieles administradores de la cosa pública transaron y transan -ignominiosamente- el más que legítimo júbilo y la dignidad de los viejitos por las más penosas ascuas para ellos y sus familiares.

A la fecha en este país, el protagonismo ciudadano se agota el día de los últimos comicios dado que posteriormente no participa ni gravita en los procesos decisorios posteriores que le afectan y conciernen, tanto en términos de dignidad como de su desarrollo humano, irrenunciable.

Con todo, esperemos que nuestra "Ciudadanía sin edad" pueda ser mejorada y transformada en este nuevo escenario con este nuevo gobierno, el que inicialmente exhibió novedades de desafectación política y desidentificaciones partidarias. Alienta esa expectativa la emergencia en el campo político de nuevos actores lo cual, de por sí, renovó la esperanza y sacudió el entusiasmo de la mayoría de los argentinos.

Quizá la impericia e "inocencia política" de dichos actores explica que iniciaron sus mandatos subestimando la herencia recibida, a partir de lo cual empezó a latir una inquietud colectiva generalizada la que día a día y mes a mes, fue encontrando explicaciones, justificaciones y sobradas inquietudes al exhibir "estos novatos" a cargo del poder argentino, recurrentes y profundas carencias de "timing político", confundiendo quizá política con empresa o, el arduo, fatigoso y generoso arte del bien común con buenos y rápidos negocios; probablemente ganados por la soberbia de pensar que en un periquete, solucionarían un problema y desafío nacional de medio siglo.

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