Desafíos de la asistencia domiciliaria en Argentina

Seguramente en algún momento de nuestra vida todos recurramos a la asistencia domiciliaria, para recibir una medicación inyectable, para la curación de una herida quirúrgica que gracias a la evolución de la tecnología requiere cada vez menos días de hospitalización, o bien para cuidar de un familiar anciano o de un niño con patología crónica que necesita asistencia permanente y compleja.

En cualquiera de los casos es posible atenderse en casa y de manera más llevadera conectando al paciente con su familia y su vida cotidiana. Los cuidados domiciliarios constituyen una alternativa asistencial creciente en varios países del mundo y en Argentina su consolidación es ya indiscutible. Según estimaciones recientes, existen más de 200.000 pacientes que reciben prestaciones en  su casa. La asistencia domiciliaria representa una vuelta a la medicina de familia, procurando mayor confort para el paciente y garantizando la efectividad de los tratamientos que a su vez permite complementan satisfactoriamente la creciente demanda de camas en hospitales y centros de internación.

Los equipos profesionales domiciliarios son multidiscplinarios: médicos, enfermeros, kinesiólogos, fonoaudiólogos, nutricionistas, psicólogos, cuidadores domiciliarios y más. De este modo, la atención resulta un “traje a medida para cada paciente y la evolución de su patología. Nosotros entramos a la casa del paciente, compartimos con la familia y nos integramos a la dinámica del  grupo familiar, por lo que resulta fundamental entablar el mejor vínculo humano.

El gran déficit de profesionales que existe en Argentina, en especial de enfermería y kinesiología complica este proceso y es una gran preocupación para los referentes del sector, mayoritariamente pequeñas y medianas empresas de origen médico, donde los mismos fundadores no sólo vigilan la evolución de los pacientes, sino además la selección, capacitación y seguridad del personal. Se estima que en el país faltan más de 50.000 profesionales de enfermería, y en los próximos 5 años  el 20% de las enfermeras que hoy están en actividad, estarán jubiladas. La falta de personal y la atipicidad de la tarea en domicilio, requiere de una interpretación específica para dar a los profesionales la  protección que evite su salida de la actividad.

 ¿Cómo ignorar entonces, un sistema de atención que resulta efectivo en el tratamiento de la enfermedad y humano en la consideración del paciente y su familia como sujetos activos en este proceso?

Todos los atributos para su crecimiento están presentes, si se hace foco en la contención  del personal y su formación.

Por su naturaleza, la asistencia domiciliaria resulta una actividad intensiva en prestaciones profesionales, de hecho el cuidado de la salud de las personas es una tarea humana por definición, y  su crecimiento aseguraría la incorporación de miles de trabajadores que deben prepararse para estar a la altura de la demanda. Sin embargo, la incertidumbre respecto de un marco regulatorio apropiado que resguarde a los trabajadores y resulte económicamente viable, atenta contra el desarrollo del sistema y el sostenimiento de las pymes que componen el sector.

Desde la Cámara Argentina de Empresas de Internación Domiciliaria CADEID alentamos que la anunciada reforma laboral sea una oportunidad que permita dinamizar y fortalecer al sector asegurando reglas claras y compromiso con la formalidad y la transparencia para los años venideros. 

Estamos convencidos de que esto sólo será posible si trabajamos en conjunto y de manera sinérgica los diferentes actores del sistema de salud, para alcanzar servicios de calidad para nuestros pacientes y las condiciones de trabajo esperadas para los profesionales que dedican su vida a la actividad.

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