EL IMPACTO DE LOS ESC NDALOS DE CORRUPCIÓN EN BRASIL Y LA ARGENTINA

Del 'roba pero hace' al 'hace pero roba'

Millones de dólares de la corrupción desfilan estos días por los ojos de una indignada opinión pública en Brasil y la Argentina. Los escándalos, como el que jaquea al gobierno de Dilma Rousseff, o en el caso local las revelaciones sobre manejos oscuros de fondos en la década kirchnerista, vuelven a poner en tela de juicio un viejo axioma arraigado en la idiosincrasia política de buena parte de Latinoamérica: el justificativo ‘roba pero hace’ (o ‘rouba mas faz’).

Es un clásico conocido en la Argentina. En épocas económicas de alto consumo o de capacidad distribucionista del Estado, las cuestiones vinculadas a la transparencia institucional y el cumplimiento de las reglas en la conducción de los negocios y el control de las cuentas públicas quedan para muchos en un indulgente segundo plano.

La historia cambia cuando los ciclos se agotan y llegan las épocas de vacas flacas. Pero no es sólo una catársis moral: tanto el contribuyente de a pie como el empresario formal empiezan a ver en el descontrol fiscal, la evasión y la coima una situación que los ubica en desventaja frente a sus competidores en un contexto laboral y económico más difícil.

Con una visión optimista de la cuestión, el presidente del Banco Interamericano  de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, se pregunta en un reciente artículo si existe hoy una “Primavera latinoamericana contra la corrupción.

Detecta tres factores clave: una creciente movilización social de intolerancia hacia estos actos, un accionar independiente de la Justicia en muchos casos, y reformas institucionales introducidas en el combate contra ilícitos financieros. Aclara, de todos modos, que las reformas de fondo pueden llevar mucho tiempo y que el sector privado tiene un rol fundamental en el proceso.

Más allá del optimismo o pesimismo sobre estas perspectivas, lo cierto es que se agrega un condimento más al flagelo de la corrupción en el ámbito político: ya no se trata solo de un posible contubernio entre dirigentes deshonestos y empresarios inescrupulosos, sino que la región es víctima de la creciente penetración –incluso a nivel político- de organizaciones delictivas trasnacionales vinculadas al narcotráfico y el lavado de dinero.

¿Vendrá el tiempo de un más cuestionador ‘hace, pero roba’?.  En la respuesta que den las instituciones en el corto plazo, para sacar a luz la trama de los escándalos, podrán encontrarse las señales para tener certezas sobre un cambio de rumbo.

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