Con un ojo en la gente y el otro en el Fondo Monetario

El Gobierno es consciente de que en materia económica tiene varios frentes abiertos. En la semana, festejó el resultado del informe que los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) realizaron sobre la situación de la deuda pública y su nula posibilidad de pagarla en término. El festejo no es una contradicción, es consecuencia de una realidad. Como es imposible pagar, lo mejor que pasó es que no sólo lo dice la Argentina, sino el propio organismo.

Ayer, el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, habló de tarifas eléctricas y tocó otro tema que se las trae. Primero, porque ocupa una parte importante de la sensibilidad de los argentinos, segundo da la sensación de que el gobierno de Alberto Fernández no tiene margen ni quiere subir las tarifas como Macri, ni tiene margen ni quiere congelarlas como durante el kirchnerismo.

Cafiero dijo que los aumentos están suspendidos pero que tal situación no genera un congelamiento. "Lo que se está haciendo es un estudio de un nuevo cuadro tarifario que seguirá sosteniendo la tarifa social", agregó el funcionario.

El Gobierno, ni bien asumió, suspendió los ajustes entre diciembre y junio. Adujo en su momento que lo hacía para elaborar un nuevo cuadro tarifario.

El jefe de Gabinete también señaló que "se seguirá sosteniendo la tarifa social. Esta lógica que estamos imprimiendo son las prioridades que los argentinos y las argentinas votaron mayoritariamente en octubre. Hemos cambiado las prioridades de la gestión", resumió Cafiero.

Las tarifas en la Argentina son parte de la grieta. Porque hay quienes están convencidos de que el país con subas de tarifas no va a arrancar. Otros en cambio, aseguran que sin tarifas acordes a la realidad, las inversiones en el sector quedarán postergadas. En lo que todos coinciden es en que cualquier suba que le pegue al bolsillo es antipopular.

Lo cierto es que la producción de energía no es barata, ni un acto de magia. Con los precios actuales, muy superiores a los que se pagaban durante el kirchnerimo, igual existen subsidios. Es decir, a pesar de los aumentos registrados durante el gobierno de Mauricio Macri, las tarifas de gas y de electricidad aún no contemplan el precio final sin subsidio.

En el marco de las negociaciones con el FMI, el Gobierno no puede dar señales de aumento del gasto público. Por eso, si los precios siguen congelados, sólo con el efecto inflación, las erogaciones del Estado suben.

Cuando Cafiero habla y da pie al posible aumento de tarifas, sabe que su objetivo no es quedar bien con sus votantes. Esta vez, el que escucha es el Fondo, el mismo organismo que le prestó dinero a mansalva a la Argentina con el visto bueno del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y las necesidades de financiamiento del ex presidente Mauricio Macri.

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