¿Cómo impactan las tarifas sobre las expensas?

En esta nota no vamos a poder abordar todos los motivos del aumento de expensas, centralmente son cinco, aunque describiremos uno y su solución. De los 3 millones de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, 2 millones viven en 100.000 consorcios. Las expensas se han convertido en una carga enorme sobre muchos ingresos. Se estima que 600.000 consorcistas están en mora. Esta cifra nos muestra la cruda realidad de los consorcios y de la política que no se ha querido ocupar del tema.

Un consorcio es un conjunto de viviendas, no una empresa que dé ganancias, por lo que puede mantenerse en base a los ingresos que tienen los consorcistas: empleados, monotributistas, desocupados, jubilados o pensionados que pueden haber adquirido su vivienda de muchas maneras sin denotar solvencia holgada (herencia, crédito hace 40 años o más, una indemnización, o simplemente alquila). A este último las expensas se le suman al alquiler como un todo que se puede llevar más del 50% de sus ingresos.

El aumento de expensas puede darse por motivos varios o uno solo. Identificamos cinco: sobreprecios y mala administración, tarifas de gran consumidor para consorcios, ausencia de consorcistas en paritarias de encargados, tasas innecesarias creadas en estos últimos 10 años por el GCBA. La morosidad se traduce en dejar de hacer trabajos de mantenimiento básicos.

En esta nota abordamos una en especial: las tarifas de los servicios. Fui expositor en las audiencias públicas de cada uno de los servicios, gas; luz y agua, y en todos los casos planteé la necesidad no sólo de ampliar las tarifas sociales, sino también la de una tarifa especial para consorcios, por ser considerados como grandes consumidores. Cuando las tarifas estaban totalmente subsidiadas a precios inaceptablemente bajos, este problema no se notaba, pero al actualizar los montos no se pensó en distintas actividades o casos que requirieran consideración especial.

Las expensas suben igual, porque el Estado sólo cedió ante nuestros reclamos para ampliar la tarifa social en los casos de unidades individuales, pensando que eso resolvería el impacto del tarifazo, pero no protegió el impacto sobre los consorcios.

Por otro lado, en una avivada recaudatoria, AySA comenzó a enviar la factura total del Agua al consorcio, evitó planteos de tarifa social y se aseguró el cobro de su hasta 400% de aumento desde principios de 2016. Mientras tanto, las empresas de Electricidad y Gas toman a los servicios centrales como lo hacen con los grandes consumidores, con la tarifa más alta.

Los consorcios no son empresas, sino condominios de viviendas en las que conviven un conjunto de personas que tomadas individualmente hasta podrían acogerse a la tarifa social, pero que en el caso de los servicios centrales de agua caliente y calefacción, no pueden hacer valer el derecho como conjunto. Lo mismo sucede con la factura de electricidad del consorcio, en la que el ascensor y la bomba de agua se llevan el mayor consumo. ¿Qué pasaría si subdividiéramos esa factura en la cantidad de familias que forman parte del consorcio? La tarifa podría ser más barata por no pasar los topes por medidor, en vez de ser tomada como un gran y único consumidor.

¿Por qué el Estado no quita el IVA del 21% de los servicios? Hasta el agua, provista por una empresa del Estado, tiene ese impuesto en el monto final.

Mi propuesta es una tarifa especial para consorcios en los tres servicios y que se quite el IVA de las facturas. EL Estado tiene que parar de recaudar de los que no pueden pagar, y quitar una de las presiones del presupuesto golpeado de los porteños.

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