Brasil y la Unasur, en la agenda de Washington de cara a 2016

"América Latina no ha recibido la atención que debería haber recibido", se sinceran en Washington políticos, funcionarios y lobbistas que siguen de cerca la relación de Estados Unidos con Latinoamérica, en medio de unos días de agitación y replanteos políticos con vista a la elección legislativa que tendrá lugar hoy.

En un contexto regional en el que cada vez cobra mayor peso la presencia política y económica de China y más recientemente Rusia, la atención de Estados Unidos a la región ha caído considerablemente en la última década. Sin embargo, hay dos factores que se siguen con especial foco: el protagonismo de Brasil y de la Unasur, la organización política sudamericana que ha promovido también desde sus inicios la gestión Kirchner en la Argentina.

Con respecto a Brasil se especula que en su nuevo mandato Dilma Rousseff imponga un giro de más acercamiento a EE.UU. y se habla de una visita de la mandataria a Washington en el primer semestre de 2015. A la Unasur, en tanto, que tuviera Néstor Kirchner como unos de sus principales protagonistas, se la visualiza desde algunos sectores como una herramienta de apoyo a la influencia brasileña y con creciente poder institucional en la región.

No todas las posiciones son iguales aquí en Washington. Tras los episodios del 11S en 2001 y especialmente tras la cumbre de las Américas en 2004 que marcó el fracaso del ALCA, las relaciones políticas con muchos países de Latinoamérica han ido ingresando al freezer, con la atención de la Casa Blanca puesta en Medio Oriente y la situación económica interna de EE.UU. Algo que cambió poco con el gobierno de Barack Obama.

No obstante, hay sectores del Capitolio, think tanks, y representantes de empresas que vienen reclamando al Departamento de Estado una mayor atención al Cono Sur, una alternativa que de todas maneras sería difícil que registre importantes cambios aún con el resultado electoral que se conocerá a partir de hoy.

El interés, tanto político como comercial, está puesto en tres ejes fundamentales: las inversiones en energía, el desarrollo de infraestructura, y la siempre presente atención en los temas de seguridad y narcotráfico.

Estados Unidos ha avanzado en tratados de libre comercio con Perú y Colombia, pero admiten aquí también que las relaciones deberían "ser más" que libre comercio.
El párrafo aparte es para México: con el debate sobre la inmigración de por medio, que es también foco de campaña electoral en Estados Unidos, Washington tiene una relación de atención directa y diferente al resto de la Latinoamérica, además por el peso mexicano en la balanza comercial.

¿Demócratas o republicanos? Más allá del resultado de estos comicios de medio término, la expectativa de un posible cambio de escenario está ya mirando a 2016. Hasta el momento, quien aparece como favorita en los sondeos y análisis para suceder a Obama es la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, ya conocedora de los circuitos del poder latino. Su política se podría parecer al "economic statecraft", una idea de ubicar al poder político como impulsor de un desarrollo más integral. Pero aún resta un largo trecho electoral para poder medir esa instancia, empezando hoy mismo.
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