Aplazados todos

El viernes 1 de setiembre fuimos testigos de una marcha multitudinaria, donde se reclamó una causa legitima, pero término de la forma más repudiable, con destrozos, detenidos, e incidentes en la zona de la plaza de Mayo. "Queremos que haya Justicia", fue uno de los reclamos que se oyó en otra marcha, hace varios meses en el mismo escenario. Pero la realidad nos muestra que la Justicia, sigue ausente porque ni siquiera logra dar con quienes generaron los serios destrozos para el patrimonio público.

Se detuvieron a 31 personas, rápidamente se impuso el secreto de sumario, el juez Marcelo Martínez de Giorgi y el fiscal federal Ramiro González tuvieron que hacer malabares para encontrar pruebas que relacionen a los detenidos con los hechos. Además, la sociedad quedó boquiabierta viendo como el Estado, a través del Ministerio de Seguridad y frente a los incidentes, ordenó actuar a personal policial vestido de civil, imprimiendole un grado de oscurantismo preocupante para un país que vive bajo el imperio de la ley.

El análisis de los oficiales de justicia fue contundente, los sumarios policiales no servían, se labraron actas sin testigos, los horarios de detención no coinciden con el horario registrado por imágenes y videos obrantes en los sumarios. En ese escenario, en vez de generar el accionar de las fuerzas policiales y la justicia, el objetivo deseado, de hacer cesar los delitos contra el patrimonio público y hacer que los que cometieron los incidentes dieran explicaciones de su conducta, llevó a que 1500 manifestantes se agolparan en las puertas de Comodoro Py, apurando el reloj de arena para que el Juez tome declaración indagatoria y libere a los detenidos.

A la par que se pidieron medidas de prueba, los verdaderos culpables de los desmanes permanecieron libres y muchos aún se preguntan quiénes en realidad fueron los responsables. Peligroso y complicado el mensaje para la sociedad, y negativo balance en todo sentido: un grupo de vándalos, destroza patrimonio publico, apedrea, enciende fogatas, arruina y eclipsa una pacífica y multitudinaria concentración legitima, y no pasa nada

Y por otro lado, tanto la policía como la Justicia dejan demasiado que desear en su accionar. Así los resultados están a la vista.

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